LD (Otr/press) Peter Molyneux firma un título de rol que inunda a Xbox 360 de posibilidades con una aventura que puede tener un desarrollo, dificultad, duración y protagonista a la medida del que lo juega.
Cuando se gestaba la primera parte de la saga Fable, el director de Lionhead Studios, Peter Molyneux, creó tanta expectación, pregonó a tantos vientos las virtudes del juego y sus posibilidades que cuando realmente llegó a las tiendas decepcionó, a pesar de recibir críticas sobresalientes. Sin embargo, Molyneux creía en su idea y por eso se puso manos a la obra con la secuela, que va aún más allá en el terreno de introducir la moralidad en los videojuegos y poner en manos del jugador la elección de con quién y cómo quiere jugar.
Fable 2 comienza con un prólogo-tutorial en el que el usuario elige el sexo de su personaje. Aquí se sientan las bases de la aventura en cuanto a argumento y desarrollo. El protagonista es el descendiente de un linaje de guerreros en un mundo en el que éstos han desaparecido. El gremio de los héroes sólo es un recuerdo en forma de ruinas y nuestro papel será el de encontrar a los otros tres únicos que quedan para, juntos, acabar con el noble malo de turno, culpable de asesinar a nuestra hermana.
Estos primeros minutos del juego sirven al jugador para acostumbrar al control, a que cada nueva misión desemboca en una decisión "correcta" e "incorrecta" que afecta a la personalidad, aspecto y percepción del personaje y a ir descubriendo el abrumador trabajo de diseño que hay detrás de Fable 2, obra de Ian Lovett. Y, por supuesto, a reconocer la mano de Dany Elfman (Batman, Beatlejuice, Pesadilla antes de Navidad...), el compositor fetiche de Tim Burton, detrás de la imponente banda sonora.
Tras los primeros minutos del prólogo, los años pasan en el juego y el niño se convierte en mozo. Es entonces cuando su mentora le da la clave: Emprender su aventura, encontrar a su enemigo y decidir hacer justicia o vengarse a sangre fría. En Fable 2 las decisiones sobre hacer el bien, el mal o una combinación de ambas cosas son una constante. Las misiones argumentales van llegando de una forma lineal, hay un principio y un final que tarde o temprano llegará. Pero, entre medias, hay una vida.
Durante su periplo, el aventurero se topa con cientos de posibilidades. En las poblaciones puede desempeñar el trabajo más humilde, como carpintero o leñador, optar por robar o adquirir cualquier edificio para explotarlo comercialmente –alquileres, venta de todo tipo de productos...–. También es posible comprar ropa, armas de todo tipo, tintes de pelo, hacerse tatuajes o decidir qué comer. La comida no sólo recupera salud, las golosinas pueden hacer engordar al avatar y que su glotonería perjudique a fama de intrépido guerrero.
La compra de casas y la posibilidad de decorarlas no es la única similitud de Fable 2 con, por ejemplo, un simulador social como Los Sims. La interacción con los habitantes de Albión –el mundo en el que se desarrolla– permiten mantener relaciones sexuales por amor o a cambio de dinero, tener una esposa y hasta incurrir en la poligamia. Llegado a este punto, el jugador también puede usar preservativos o no hacerlo para convertirse en padre de familia. Para interaccionar existe un menú de expresiones que van desde poses heroicas a halagos y pasando por conductas tan soeces como sonoras ventosidades.
Sin embargo, los amigos, enemigos, esposa e hijos no serán la única compañía del protagonista en su aventura. Una de las principales novedades ha sido la incorporación de un perro que nos sigue en todo momento, que detecta tesoros y aprende trucos.
A pesar de sus abrumadoras posibilidades, Fable 2 es, al fin y al cabo, un juego de rol con abundantes combates. El jugador dispone de armas blancas (mazas, martillos, espadas, lanzas), proyectiles (ballestas, pistolas, escopetas, fusiles) y hechizos (electricidad, fuego, empujones mágicos, ralentizar el tiempo).
Por si todo esto no ofreciese ya suficientes posibilidades, Lionhead Studios ha incluido una opción muy poco común en este género: multijugador cooperativo para dos usuarios, disponible tanto en la propia consola como a través de Internet.
Fable 2 es accesible a cualquier tipo de público, aunque no esté iniciado en el amplio y complejo mundo de los juegos de rol, si bien los más avezados encontrarán muchos motivos para jugarlo. La dificultad va aumentando de forma progresiva, a la par que van mejorando las habilidades en el combate del personaje y alcanzar los objetivos o misiones es sencillo gracias a una línea brillante –que se puede desactivar– que marca el camino a seguir.
Desarrollado por Lionhead Studios y publicado por Microsoft, el esperado título llega este viernes 24 de octubre a Xbox 360 de forma exclusiva, con una calificación para mayores de 16 años y con un precio recomendado de 64,95 euros.