Antes de nada el juego nos ofrecerá la opción de entrar en el modo arcade o en el modo simulación. Las diferencias serán notables, recayendo principalmente en el control, que en el primer caso es mucho más sencillo, evitando gran parte de las caídas y siendo su único objetivo la diversión, no el realismo.
En el modo simulador encontraremos a su vez tres niveles de dificultad, que tendremos que escoger según nuestra habilidad en el género. Empezaremos hablando del modo principal, llamado "Vida Profesional", en el que debemos elegir un personaje entre los ochenta licenciados o crear uno nuevo y llevarlo a la victoria a lo largo de ocho temporadas. Es una especie de modo manager, ya que tendremos que gestionar nuestros contratos y subidas de categoría.
El clima podrá cambiar, y en función de ello tendremos que pilotar de una forma u otra, ya que afectará directamente a nuestros neumáticos y al calor del asfalto. De la misma forma, si cambiamos las ruedas, tendremos que dejar pasar un par de vueltas para que entren en calor. Los expertos en motociclismo encontrarán toda una sorpresa en las opciones avanzadas, y es que podremos configurar libremente todos los reglajes de la moto y realizar modificaciones técnicas.
Además del citado modo, dispondremos de varias opciones para crear torneos independientes o carreras rápidas, además del juego online de hasta 16 jugadores.
Se han incorporado nuevas licencias para añadir dos categorías, Supersport y Superstock, lo cual ayudará a completar el catálogo de fabricantes, que se eleva hasta catorce. Del mismo modo se ha ampliado el número de circuitos, siendo catorce tambien.
Técnicamente hay mejoras gráficas respecto al pasado año, aunque tampoco son excesivamente notorias. La sensación de velocidad es notable, siendo uno de los puntos más logrados del juego. Por desgracia, la banda sonora es algo repetitiva, pero siempre podemos desactivarla o poner nuestra propia música mediante las opciones propias de nuestra consola u ordenador.