La empresa de seguridad de correo electrónico Proofpoint entrevistó a jefes de 220 empresas que contaban con más de 1.000 empleados. Así, descubrieron que las empresas estaban tan preocupadas por las informaciones que emiten y reciben sus empleados vía e-mail, que el 38 por ciento de ellos contrató a otras personas para supervisar estas comunicaciones.
Según lo publicado por The Register, "la preocupación por el escape de datos vía internet se ha hecho tan aguda en 2009, que más empresas estadounidenses relatan que tienen empleados cuyo único trabajo es supervisar el contenido de correo electrónico de salida (el 33 por ciento, por encima del 15 por ciento en 2008)".
El resultado de la revisión dio la razón a las empresas empeñadas en ser cuidadosas con los datos que emiten sus empleados, ya que el 43 por ciento de las empresas declaró que ya habían investigado los escapes de información confidencial por correo electrónico el año pasado. "El 31 por ciento de estos organismos despidió al menos a un empleado por violar la política de correo electrónico" dijo Proofpoint.
Los blogs son también cada vez más una fuente de preocupación para empresas. La revisión encontró que el 18 por ciento de las empresas llevó a cabo una investigación sobre los blogs o tablones de anuncios de los trabajadores y al menos el 17 por ciento había castigado a un empleado para romper reglas de empresa hablando acerca de su puesto de trabajo.
La investigación también destapó la distribución de información valiosa para la empresa a través de redes sociales como LinkedIn, Facebook o MySpace. Así se supo que el 17 por ciento de las empresas había tenido información expuesta por aquellos canales, y que el 8 por ciento había cesado a empleados por ello.
Proofpoint señaló que algunos escapes de datos se estaban produciendo por el descenso económico y la competencia desleal. Esto reveló que el 18 por ciento de las empresas creyó que algún que otro escape estuvo relacionado con un empleado que dejaba la empresa, y que el 42 por ciento de los principales afectados por estas políticas creyeron que los crecientes despidos en su lugar de trabajo crearon un riesgo mayor de fugas de datos.
Morag Hutchison, una experta en ley de empleo de un importante despacho de abogados en Reino Unido, dijo que si las empresas quieren tomar medidas contra individuos que se relacionan con su correo electrónico en su puesto de trabajo por Internet, entonces lo que deberían hacer es explicar claramente y desde un principio los límites sobre qué está permitido y qué no, y de este modo no tendrían que llevar a cabo investigaciones que acaben en el despido de algún trabajador.
"Aconsejamos que los jefes aseguren que ellos tienen un correo electrónico y que siguen una política que regula el uso de internet y del correo electrónico en el trabajo", dijo Hutchison. La experta destacó también que cualquier política que se active en una empresa ha de ser comunicada previamente a quienes la van a sufrir para que tenga algún efecto legal.
"Es importante que esta política sea comunicada de manera clara a todos los empleados y que el superior regule su cumplimiento y, así, poder adoptar la medida coercitiva apropiada si se descubre una violación; y es también esencial que la política sea coherentemente aplicada, y no solamente a quienes tienen la intención de dejar la empresa".