Los discos SSD o discos de estado sólido emplean la misma tecnología que las llaves USB; la diferencia es que su mayor capacidad los hace susceptibles de sustituir a los discos duros. Estos últimos son más baratos, pero relativamente lentos, tardando unos milisegundos en acceder a los datos, y al estar construidos con piezas móviles, también son frágiles y poco duraderos. Las memorias Flash tienen menor capacidad y una vida útil limitada, pero son más rápidas y fiables.
Desde que comenzaron a comercializarse se han aplicado distintas mejoras, buscando sobre todo adaptar la característica de estos dispositivos de funcionar más rápido grabando datos largos y seguidos con la cruda realidad de que un disco duro de ordenador suelen necesitar grabar datos más cortos y separados entre sí.
Ahora Toshiba ha anunciado una nueva tecnología producto de una colaboración con la Universidad de Keio, en Tokio, que le permitiría fabricar discos duros SSD de hasta 1 TB de capacidad del tamaño de un sello de correos. Las tasas de transferencia serían de 250 Mb/s empleando para ello una tecnología de transmisión por radio de muy corto alcance, lo que según los investigadores permitiría reducir los costes de producción. Además, gastarían un 70% menos energía eléctrica que la media de los discos SSD actuales.
El problema es que por el momento sólo es una tecnología de laboratorio. Habrá que esperar a 2012 para verlo hecho realidad.