Este organismo ha calculado que, en total, a lo largo del año pasado, estos suplantadores de identidad alcanzaron la cifra de 1.900 millones de libras esterlinas (2.170 millones de euros) a través del fraude a 1,8 millones de personas en Reino Unido.
Entre los usos otorgados por los ladrones de identidad a los datos personales, la NFA ha asegurado que, entre las más comunes, se incluyen las compras de diversos productos en la red o la utilización de datos bancarios, según la BBC.
No obstante, el director ejecutivo de NFA, Bernard Herdan, asegura que los cibercriminales también suplantan identidades en internet para cometer actos criminales, tales como el terrorismo o el tráfico de personas.
"Las pérdidas por el robo de identidad y las suplantaciones no suelen afectar económicamente a ciudadanos particulares, pero sí al sector público y privado con pérdidas superiores a 900 millones de euros", afirma Herdan.