Los estafadores empañan la solidaridad de los internautas con los afectados por el maremoto asiático
Internet sirve para buscar desaparecidos y recoger donaciones, pero también para llevar a cabo estafas con las que los menos escrupulosos tratan de enriquecerse haciéndose pasar por víctimas del maremoto en Asia. Unas horas después del desastre ya comenzaron a lanzar ataques de "phishing", una táctica con la que llevan a los usuarios a que acudan a páginas web falsas, pero con apariencia de ser de organizaciones legítimas, donde se les piden sus números de tarjeta de crédito y otra información personal.
L D (EFE) Las dimensiones de la tragedia en Asia, que se ha cobrado la vida de más de 150.000 personas, no han impedido que los timadores cibernéticos vuelvan a hacer de las suyas y traten de aprovecharse de la ola de solidaridad hacia las víctimas, lo que ya ha puesto en guardia a la policía federal de Estados Unidos (FBI). Solamente el gigante del comercio electrónico Amazon.com obtuvo donaciones por valor de 14,4 millones de dólares en nombre de la Cruz Roja en EEUU.
Mientras tanto, la compañía fabricante de software para organizaciones caritativas Kintera estima que estos grupos han recaudado más de 350 millones de dólares desde el 26 de diciembre, cifras que parecen haber espoleado la imaginación de los timadores. Unas horas después del desastre ya comenzaron a lanzar ataques de "phishing", una táctica con la que llevan a los usuarios a que acudan a páginas web falsas, pero con apariencia de ser de organizaciones legítimas, donde se les piden sus números de tarjeta de crédito y otra información personal.
El maremoto que arrasó el sudeste asiático, también ha provocado el resurgir del llamado "timo de Nigeria", que en el pasado ya circuló ampliamente por la red. En su versión antigua, estos mensajes pedían a los internautas que ayudasen a recuperar el dinero del que se habían apropiado de forma indebida dirigentes del anterior régimen dictatorial nigeriano. A cambio de la información sobre el número de cuenta y otros datos personales, a los internautas se les prometía un porcentaje del 40 por ciento de la cantidad.
Altas comisiones
Una nueva variante de este timo procede de "Miss Helen", una princesa de Somalia cuyo pueblo entero fue "barrido por esta temible inundación". "Miss Helen" asegura que necesita ayuda para recuperar la fortuna familiar, de 2,4 millones de dólares, que fue transferida a España justo antes del maremoto, según la misiva, que también promete una "comisión" del 40 por ciento.
Otro de los mensajes que circulan por la red supuestamente procede de un pequeño pueblo de Indonesia y pide donaciones a través de una cuenta bancaria en la isla mediterránea de Malta. "Nos hemos quedado sin casa y hemos perdido todo lo que teníamos. Estaríamos muy agradecidos si pudieras ayudarnos con alguna cantidad de dinero", dice el e-mail.
Asimismo, algunas familias que colocaron mensajes en la web en un intento de dar con sus seres queridos fueron contactadas por timadores que les ofrecieron su ayuda a cambio de dinero. La Comisión Federal de Comercio de EEUU (FCC) recomendó el miércoles que se descarten las peticiones de ayuda a través del correo electrónico o el teléfono, y el FBI dijo que perseguirá "de forma agresiva" a quienes traten de aprovecharse de la tragedia.
Podría ir a peor
La cosa podría empeorar: "Es sólo cuestión de tiempo hasta que aparezcan páginas de Internet que imiten a las de las organizaciones caritativas más conocidas", señala Paul Wood, de la compañía de seguridad informática MessageLabs.
Algo similar ocurrió tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU, cuando los timadores profesionales no tuvieron reparos en aprovecharse de la generosidad de los ciudadanos.
El Centro de Denuncias de Delitos por Internet estima que en 2004 los timos por Internet ocasionaron pérdidas por valor de cerca de 126 millones de dólares, y el desastre de Asia indica que 2005 ha comenzado fuerte en lo que se refiere a estos engaños. Scambusters, una de las páginas con más solera en este campo, recomienda a los afectados que se dirijan a la web del Centro de Denuncias de Internet. Los editores de Scambusters no se muestran sorprendidos por estos casos: "Lo mismo ocurrió tras el 11 de septiembre, y después de los desastres naturales que han ocurrido a partir de entonces".
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