Rage es un juego de disparos en primera persona al igual que será su versión de sobremesa, cuya terrorífica estética llega directamente de la versión que los creadores de Doom están programando para PC, Playstation 3 y Xbox 360.
Lo que esconde esta aplicación que huele, nunca mejor dicho, de miedo son muchos disparos y muchos mutantes. El argumento no es su punto fuerte y solo es una excusa para desatar una orgía de acción. Asumimos el control de un concursante de Mutant Bash TV, un reality que nos invita a sobrevivir en escenarios infestados de mutantes. De esta forma, hay que atravesar tres niveles: una casa abandonada y en ruinas, un manicomio y búnker.
Lo interesante es su desarrollo "sobre raíles", mezcla de convencionales juegos de disparos en primera persona y clásicos como Virtua Cop. Así pues, el personaje anda solo por una línea invisible que recorre el escenario mientras el jugador mueve la cámara –mediante la pantalla táctil o el giroscopio–, acelera el paso y dispara a todo bicho viviente.
A nuestra disposición tenemos un arsenal compuesto por una pistola de munición ilimitada, una escopeta y una ametralladora. La escasa munición la encontramos por el escenario y para recogerla hay que pulsar el botón de disparo cuando el cursor pasa por delante (Hacen falta reflejos felinos). También podemos recoger dinero o salud.
Rage ofrece un nivel de acción incesante, tiene una dificultad elevada e invita a rejugar los niveles para conseguir más puntos –además de los enemigos hay numerosas dianas a las que acertar por el escenario–. Además de que tiene un apartado gráfico espectacular y unos efectos de sonido contundentes que ponen los pelos de punta. Cóctel ganador.
La principal pega de Rage es que tan solo cuenta con tres niveles que se antojan escasos. Claro que también tiene un irresistible precio de 0,79 euros en su versión normal y 1,59 en la mejorada en cuanto a texturas y resolución –para aprovechar los dispositivos de cuarta generación y el iPad–. En resumen: compra obligada.