Según informa el diario China Daily, la pareja se conoció en 2008 a través de un videojuego online. Pero los problemas entre ellos surgieron cuando empezaron a convivir, por lo que iniciaron los trámites de divorcio. Los dos jugaban online pero con una única identidad, que estaba registrada a nombre del marido.
En la celebración del juicio, la esposa, quien solicitó el divorcio, pidió que se dividieran los bienes virtuales ganados durante este tiempo, a lo que el marido se opuso, dándole finalmente la razón el juez.
El divorcio ya es efectivo, pero la sentencia ha creado jurisprudencia en China e indica que los problemas relativos a bienes virtuales solo pueden ser sometidos a dictamen judicial cuando tienen correspondencia con el mundo real, por ejemplo, cuando se han valorado o comprado con dinero real.