Entre las mentiras más repetidas, están las excusas para romper una relación, las frases maternales que escuchábamos en la infancia, las disculpas por un suspenso o esas promesas que nos hacemos a nosotros mismos y que nunca cumplimos:
Entiendo perfectamente lo que me estás diciendo
He leído y acepto las condiciones de uso
Suspendí el examen porque me puse muy nerviosa
El plátano está negro pero por dentro está buenísimo