Según explica Jonathan Richards en el Times Lab Blog, los datos de 2004 a 2008 obtenidos de la BPI (la asociación británica de discográficas) y el PRS (la SGAE de las islas) muestran que los ingresos de los músicos han crecido en ese periodo gracias sobre todo a un notable aumento de su facturación por los conciertos.
Ese incremento ha sido tan alto que ha permitido incluso que las pérdidas de los músicos por las menores ventas de discos no haya supuesto una caída general de sus ingresos. Quienes no han tenido tanta suerte han sido las discográficas que, claro, no reciben un duro por los conciertos.
En 2004 el conjunto de promotores y discográficas cobraba más que los músicos, pero en 2008 era ya al revés. Tanto ha cambiado el escenario que, de seguir la tendencia actual en 2009, los ingresos totales de los músicos sólo por los conciertos superarán a los de las discográficas por la venta de discos.
Parece, en definitiva, que cada vez se venden menos discos, pero no se está "matando la música", sino sólo a los intermediarios.