El futuro de la microelectrónica está, según este grupo investigador, en dispositivos muy pequeños y ligeros que, ubicados en cualquier objeto cotidiano, sean capaces de procesar datos y comunicarse con su entorno próximo a través de radiofrecuencia, y en grandes distancias, que pueden abarcar todo el mundo, a través de cable eléctrico u óptico.
Actualmente, aparatos como relojes, agendas electrónicas, calculadoras o teléfonos móviles funcionan con baterías que exigen una recarga periódica. La microelectrónica ha planteado la posibilidad de que estos aparatos se alimenten de la energía generada por el propio usuario, de forma que, por ejemplo, un reloj de pulsera pueda funcionar gracias a la cinética de la mano o de un cuerpo que camina.
En este sentido, la principal línea de investigación del grupo es el diseño de sistemas alimentados por la energía generada por nuestro propio cuerpo, como un dispositivo que han diseñado y que se alimenta del movimiento que genera una persona al caminar.
El grupo trabaja también con el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (Barcelona) para elaborar un "mapa de aceleraciones del cuerpo humano" que permitirá conocer la cantidad de energía que podría obtenerse de cada parte del cuerpo. Los miembros de este grupo investigador pretenden con sus proyectos "el desarrollo de una nueva tecnología que esté presente en todos los ámbitos, de coste muy bajo y aplicable a cualquier objeto cotidiano".