(Libertad Digital) La Unión Europea ha destinado al proyecto Galileo 2.400 millones de euros que no había gastado en subvenciones a la agricultura y fondos de investigación. Galileo es la alternativa europea al sistema estadounidense de posicionamiento por satélite GPS.
Como otros proyectos europeos surgidos para hacer la competencia a Estados Unidos, Galileo ha tenido problemas constantes. El último, que ha estado cerca de liquidarlo definitivamente, ha sido la negativa de las empresas que forman el consorcio a seguir financiando el proyecto. Pero la burocracia europea ha actuado con diligencia para encontrar los 2.400 millones de euros necesarios para seguir adelante. 1.600 millones de euros saldrán de subvenciones a la agricultura para 2007 que no se han utilizado y 800 millones de fondos de investigación.
Según las especificaciones, Galileo será muy superior a GPS: será más preciso, más fiable cerca de los polos, y mejorará la disponibilidad y fiabilidad en situaciones de emergencia. Argumentos que deberían inclinar a los usuarios europeos a optar por este sistema cuando estuviera disponible. El problema es que existen millones de dispositivos compatibles con GPS, que proporcionan un servicio que sus usuarios consideran aceptable. Convencerles de que cambien sus dispositivos por otros que usen este nuevo sistema será una tarea complicada.
Por otro lado, el proyecto ha sufrido continuos retrasos. El satélite Giove-B, el segundo que debía haber sido lanzado en el marco del proyecto, ha retrasado sus fechas ya tres veces, desde abril de 2006. Según la ESA, su lanzamiento sigue estando previsto para "finales de 2007". En su conjunto, el sistema de navegación europeo debería haber estado disponible para 2008. Ahora ni las previsiones más optimistas prevén que la explotación comercial pueda comenzar antes de 2012.
Los costes también se han disparado: en un principio se estimaba que el proyecto costaría entre 2.200 y 2.950 millones de euros, ahora son necesarios al menos 5.400 millones. De ellos, 2.000 millones ya han sido invertidos, otros 1.000 están presupuestados, y los 2.400 restantes son los que acaba de asignar la Unión Europea.
Hasta ahora, el proyecto estaba en manos de un consorcio privado formado por empresas como EADS, las españolas Hispasat y AENA, las alemanas Deustche Telekom y German Aerospace Centre, las francesas Alcatel y Thales, la italiana Finemeccanica y la británica Inmarsat. Estas compañías son las que en junio de este año decidieron no invertir más dinero en Galileo, ante los riesgos que presentaba el proyecto.