La dictadura cubana siempre ha acusado a Estados Unidos y a su embargo económico sobre la isla de ser la principal causa para que no pueda generalizar ese servicio a su población. Sin embargo, el Gobierno norteamericano ofreció en el verano de 2008 levantar el embargo en lo referente a la conexión de internet siempre que la dictadura permitiera un acceso libre a la red. Algo a lo que, por supuesto, la tiranía se negó, optando por una conexión mucho más cara con Venezuela.
Por fin, después de dos años y medio, el cable de fibra óptica de 1.600 kilómetros de longitud tendido por la multinacional Alcatel-Lucent –el socialismo del siglo XXI no da para tanto– llegará a las costas cubanas. No obstante, según el gerente de soluciones de Alcatel-Lucent, José Ignacio Quintero, la instalación del cable estaría completa para el mes de julio. Actualmente, la isla dispone de una conexión de internet vía satélite con un ancho de banda de 65 megabytes por segundo de bajada y 124 de subida. El cable permitirá a Cuba multiplicar por 3.000 el ancho de banda.
Dado que la tiranía siempre ha puesto como excusa la falta de ancho de banda para restringir el acceso a internet, así que los más ingenuos podrían esperar que su puesta en marcha suponga la apertura de la red a todos los súbditos de Castro. Así, el viceministro de Informática y Comunicaciones afirmó que "no hay obstáculos políticos" que lo impidan, según informa Efe, pero no ha dado plazos. Jorge Luis Perdomo asegura que el cable no es una "varita mágica" y que Cuba debe aún desarrollar inversiones para desplegar las infraestructuras y redes necesarias que permitan extender y mejorar servicios como el de internet o telefonía.
En cualquier caso, como indica nuestro colaborador Antonio José Chinchetru, "la mayor parte de los cubanos seguirían sin poder conectarse desde casa. La razón es muy sencilla y radica en el último tramo de la conexión hasta el hogar. En Cuba es necesario obtener una autorización de las autoridades para disponer de teléfono en casa, y sin teléfono no hay internet". El estado de la red telefónica es ahora peor que en la época de Batista.
Miedo a una revolución de verdad
Naturalmente, los tiranos temen una revolución, por más que se llamen a sí mismo revolucionarios. Y en todas las revoluciones de los últimos años internet ha sido una herramienta para la libertad, de modo que cabe esperar que se filtren contenidos, para lo que siempre podrán contar con los venezolanos y se siga restringiendo el acceso.
Nación Red se ha hecho eco del vídeo de una conferencia donde un experto tecnológico de la dictadura reconoce que ya disponen de un departamento específico para luchar contra los blogueros –a los que califica naturalmente de mercenarios contrarrevolucionarios– y que disponen de filtros y controles en todos los accesos a internet y telefonía móvil. El conferenciante pinta como enemigo la creación de "una plataforma tecnológica fuera del control de las autoridades cubanas que permita el libre flujo de comunicación entre los ciudadanos cubanos seleccionados por ellos y el mundo".