La Policía neozelandesa emplea Facebook para detener a un ladrón

LD (Otr/press) Un ladrón de 21 años entró en un bar de Queenstown, en Nueva Zelanda. Parecía conocedor del lugar, pues se movía con soltura, y llevaba guantes y una máscara. Sin embargo, en aquél país era verano y hacía mucho calor, por lo que el ladrón no tuvo más remedio que desprenderse de las prendas que ocultaban su identidad, sin reparar en que una cámara de seguridad retrataba toda la escena.

"La habitación en la que entró era pequeña y hacía un tiempo muy caluroso, ya que aquí era verano", aseguró el agente de policía Sean Drader. "Y después de una hora [intentando abrir la caja fuerte] se quitó sus guantes y su máscara".

Después de una hora intentando forzar la caja fuerte, el joven desistió y se preparó para marcharse. Entonces, buscó a su alrededor si se estaba dejando algún objeto que pudiera incriminarle; momento en el que miró directamente a la cámara y quedó inmortalizado. "Era un chico joven y estúpido", consideró el policía.

La policía llevó entonces estas imágenes a Facebook, donde las hizo públicas. Al día siguiente el joven ya estaba bajo custodia policial y ahora se enfrenta a dos cargos por robo.

Las autoridades neozelandesas no revelaron el nombre del presunto ladrón pero aseguraron que es natural de Queenstown. Por otro lado, los trabajadores del bar en el que entró a robar aseguraron no conocerle aunque opinaron que se podría tratar de un antiguo empleado por la destreza que mostró moviéndose por las instalaciones privadas del local.

Facebook es la red social más popular del mundo y en ella los usuarios crean perfiles en los que ofrecen información sobre ellos, tanto escrita como gráfica. Suma un total de 150 millones de usuarios registrados, de los que los responsables de la red social calculan que 90 son activos, actualizando sus páginas todas las semanas.

No es la primera vez que Facebook se pone al servicio de la justicia. El pasado mes de noviembre, un hostelero de Melbourne echó mano de la red social para identificar a cinco chicos que se habían marchado de su restaurante sin pagar la cuenta.