La Biblioteca Nacional recibe a sus seguidores en Facebook

LD (EFE/Mònica Faro) A las siete de la tarde, los internautas –de todas las edades– empezaron a llegar a la escalinata central para entrar a la Biblioteca. Curiosos e ilusionados subían poco a poco a la sala donde el Patronato celebra sus reuniones.

En esta sala –en la que se conservan, entre otras piezas, lámparas de cristal de La Granja o estanterías de Manuel Godoy, primer ministro de Carlos IV– la institución ha puesto al alcance del público una veintena de obras de arte.

La más antigua es el elegante y sofisticado Atlas Portulano de Joan Martínez, uno de los cartógrafos más representativos del siglo XVI. Esta obra de pergamino data de 1570, apenas un siglo después del descubrimiento de América, y es "un adelanto grandísimo de la cartografía", según ha declarado a Efe la directora del departamento de Bellas Artes, Isabel Ortega.

Al entrar al edificio, los internautas recibieron un número para participar en el sorteo previsto, que ofrecía dos recorridos distintos. El primero, "El recorrido del libro", mostró "los infiernos" de la institución, en palabras de Milagros del Corral, para adentrar al público en las dársenas donde se reciben más de 900.000 ejemplares al año. La otra visita fue "hacia arriba", a los laboratorios donde se restauran, se preservan y se encuadernan los fondos.

La primera en ganar el sorteo fue Dima Jarallá, fotógrafa y amante de la cultura. "Tendrían que haberlo hecho antes" –ha dicho a Efe esta joven– "es maravilloso porque permite ver cosas que no podemos ver todos los días".

Los que no han podido acceder a las profundidades de la institución, han podido detenerse en las obras expuestas en la Sala del Patronato, donde los especialistas han explicado individualmente el carácter de las piezas. Además de material de la colección de cartografía, en la sala había grabados –de Goya y Durero–, fotografías, dibujos, partituras y material audiovisual.

Una de las obras que ha causado más expectación ha sido el Aristón, un instrumento musical de final del siglo XIX que producía el sonido mediante un mecanismo parecido al organillo, a partir de un disco de cartón perforado y una manivela. Además de escuchar las explicaciones, algunos asistentes han podido participar y hacer sonar el instrumento.

Los cromos de la colección "Epehemera", que reúne más de 90.000 representaciones gráficas, también han despertado la atención de muchos asistentes. La pequeña muestra incluía dos paipais, "germen de la publicidad actual", según Isabel Ortega, y seis cromos desplegables, que pueden considerarse –según la especialista– el antecedente de tiras de cómic o de cuentos troquelados.

El acto se ha desarrollado "sobre la marcha", en palabras de la propia directora, porque los organizadores desconocían cuanta gente iba a asistir y cómo era su público. La artífice de este encuentro ha sido Pepa Michel –subdirectora general adjunta de la Biblioteca Nacional– a quién le pareció "una idea divertida" hacer una kdd (quedada, utilizando el lenguaje propio de los internautas). Además, Pepa Michel ha recalcado, en declaraciones a Efe, la importancia de "romper una barrera", porque el público "desconoce" el acceso y el patrimonio de la institución.

La directora ya había anticipado, al inicio del encuentro, que iba a ser un encuentro "austero y sin copa". "No esperen ni un vaso de agua", ha bromeado. Pero el público, variopinto y selecto, ha vivido y disfrutado con entusiasmo una kdd muy real.