La Asociación de Internautas ha remitido una carta abierta al embajador de los Estados Unidos en España, Alan D. Solomont, en señal de protesta al pacto entre PSOE, PP y CiU para la aprobación de la llamada ley Sinde, que permitirá el cierre de webs que enlacen contenidos. Entre otras cosas, considera que "trae de vuelta la censura de Franco".
En una misiva (en inglés) en la que no falta el sarcasmo, la Asociación de Internautas agradece al embajador la supuesta intervención del Gobierno de los Estados Unidos en la creación de esta normativa, según revelaron los cables de WikiLeaks.
"Gracias a usted, hemos descubierto que el Gobierno de España no es nuestro interlocutor válido", dicen desde la asociación, que considera al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al líder de la oposición, Mariano Rajoy, o a la ministra de Cultura, Ángelez González-Sinde, meros "empleados" de Estados Unidos.
En este sentido, la asociación transmite al embajador las consecuencias que, considera, tendrá este pacto en las urnas. "Los usuarios de Internet en España ya han dejado claro que no darán sus votos a ningún partido que apoye la Ley Binde-Sinde".
La Asociación de Internautas emplaza en esta línea al embajador a que su país "premie adecuadamente a los representantes de estos tres partidos (PSOE, PP y CiU), el señor Zapatero, el señor Rajoy y el señor (Arthur) Mas por un trabajo muy bien hecho". "No olvide también premiar a Ángeles González-Sinde y a José María Lassalle".
En su escrito, la asociación también critica que la ley será "inútil para perseguir" las descargas "denominadas ilegales", citando el caso Napster, que incitó la apertura de webs y programas de intercambio de música.
Asimismo, consideran que la ley Sinde trae de vuelta hasta nuestros días "la censura de Franco", lo que deja a España en una posición "no muy diferente de la de países como China o Irán, e incluso Túnez o Egipto, entre otros".
Por estos motivos, la asociación considera que el problema de la piratería "seguirá estando ahí" en los Estados Unidos, a pesar de la ley Sinde. También opina que "no hay un modelo de negocio que resulte consistente si se enfrenta abiertamente a sus clientes (y los ataca, insulta y criminaliza), en lugar de cuidarlos".