L D (EFE) El magistrado jefe del Servicio de Modernización y Racionalización de la Oficina Judicial del CGPJ, Eduardo Perdiguero, afirmó que en España "hemos saltado del siglo XIX al XXI, sin pasar por el XX" en el campo de la modernización de la Justicia, aunque destacó que aún hay diferencias en esta materia entre unos tribunales y otros. Perdiguero planteó también el problema de la abundancia de diferentes sistemas informáticos en los juzgados y dijo que dicha "saturación" produce que los funcionarios de Justicia no sepan manejarlos, para lo cual hace falta, a su juicio, "más formación". Asimismo, pidió una enseñanza específica para los jueces en el campo de los delitos de Internet, una nueva tipología criminal para la cual, según Perdiguero, los magistrados "no están preparados".
Perdiguero añadió que dicha formación de los jueces en áreas concretas debería ir acompañada de la instauración de órganos judiciales especiales y explicó que dichos juzgados ya se han constituido en algunas materias, como en la de la violencia doméstica o en el derecho mercantil.
Trabajo acumulado
Por otro lado, el magistrado de la Audiencia Nacional Jose Luis Terrero opinó que es necesario adaptar el programa de formación inicial de los jueces a la nueva realidad tecnológica. Terrero expuso que los jueces tienen un "problema de tiempo" a la hora de acudir a los cursos de formación específicos, ya que al mismo tiempo deben seguir cumpliendo con su labor en los tribunales y después de recibir uno de estos cursos se encuentran con una gran cantidad de trabajo acumulado.
En el debate también intervino el inspector jefe de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía, Pablo Pereira, quien opinó que es "fundamental" la creación de la figura del "perito tecnológico" para que ayude a los jueces en su trabajo.
Pereira criticó la actual Ley de Propiedad Intelectual, que parece, a su juicio, que "no es de este mundo" y planteó la necesidad de reformarla para regular el almacenamiento de la información o la cuestión de los delitos informáticos cometidos desde los cibercafés.
"Si no nos asombramos de que nos pidan el DNI para registrarnos en un hotel, por qué nos parece tan raro que nos identifiquen a la hora de utilizar un ordenador en un cibercafé", se preguntó Pereira, quien explicó que esto facilitaría mucho la labor investigadora de la Policía.