L D (EFE) La empresa californiana fue una de las más cotizadas del mercado electrónico Nasdaq, al cambiar de manos casi 22 millones de acciones contratadas, por encima del volumen total de títulos que Google entregó a los inversores privados. Si la Oferta Pública de Venta (IPO, por sus siglas en inglés) estuvo plagada de complicaciones legales y dificultades, tampoco el inicio de la cotización se libró de la confusión.
En el momento del estreno en bolsa, dos órdenes introducidas prematuramente en la mesa de contratación colocaron de manera artificial el precio de Google en 135,90 dólares, que quedó establecido inicialmente como precio de referencia. Posteriormente, un portavoz del Nasdaq corrigió esta referencia y situó el precio de partida en 100,10 dólares.
Los precios alcanzados hoy por el buscador de Internet se ajustan totalmente a las previsiones que habían hecho los analistas, quienes criticaron duramente a la empresa cuando anunció que los títulos podrían venderse a entre 108 y 135 dólares. No obstante, ante los efectos que podría tener la recomendación negativas de los analistas, la empresa decidió reducir el miércoles el rango de precios a entre 85 y 95 dólares.
La empresa optó además por vender finalmente las acciones al nivel más bajo, 85 dólares, con lo que se aseguraba, en definitiva, una buena acogida en bolsa y otorgaba a los títulos un mayor recorrido al alza. En cualquier caso, con el precio de 85 dólares, Google ha logrado unos ingresos totales de 1.670 millones de dólares, alcanzado una capitalización bursátil de 28.000 millones de dólares, por encima de empresas como Amazon o Lucent Technologies.
Sin embargo, sigue estando por debajo de grandes competidores, como Yahoo!, cuya capitalización bursátil asciende a 38.700 millones, o del “subastero” eBay, con 52.800 millones.
Con todo ello, el estreno bursátil de Google ha traído a la memoria de los inversores los mejores tiempos de la eclosión de empresas tecnológicas, cuando compañías de este tipo inundaron las bolsas con precios desorbitados. Aún así, la opinión de los expertos sobre la valoración de la compañía es muy diversa, ya que unos opinan que está infravalorada en comparación con otras compañías como Yahoo!, mientras que para otros está sobrevalorada en un 25 por ciento.
En su colocación, la empresa ha distribuido entre los inversores un total de 19,6 millones de acciones. De esta cantidad, 5,5 millones corresponde a los principales accionistas de la empresa, que han visto recompensada su apuesta de los últimos años, con una cantidad multimillonaria.
En concreto, los fundadores de la compañía, Larry Page y Sergey Brin, han recibido cada uno 40 millones de dólares, mientras que el consejero delegado, Eric Schmidth, ha obtenido 30 millones. A esta cantidad se une la propia revalorización que han experimentado el paquete de acciones que mantienen en sus carteras.
Una de las críticas que el día de su estreno en bolsa circulaba por los corros de contratación es cuál es el futuro de Google y, sobre todo, para qué necesita el dinero recaudado, dado que en estos momentos no tiene ningún plan de inversión en marcha.
Otra de las incógnitas es cómo se resolverá el enfrentamiento legal que Google mantiene con la Comisión de Valores (SEC) estadounidense, debido a la entrevista que los fundadores concedieron a la revista Playboy en medio del proceso de colocación, lo que no está permitido por el reglamento bursátil.
Además, la SEC ha iniciado una investigación informal sobre la oferta de Google de recomprar 29 millones de acciones que pudo haber emitido ilegalmente.