Los sistemas de patentes actuales son una vergüenza. Aceptan como patentes ideas que no son claramente inventos. Al final cualquier pequeño empresario con una idea nueva lo que se encuentra es que no puede comercializar su invento porque viola dos mil patentes absurdas y puede ir a la cárcel, arruinarse, o estar toda su vida de juicio en juicio. Resultado: sólo las grandes multinacionales con un portofolio amplio de patentes y un buen ejército de abogados puede dedicarse a la innovación. Justo lo contrario de lo que los sistemas de patentes pretendían originariamente, que es defender al inventor. Hoy por hoy sería mejor eliminar las patentes por completo, ya que son un freno a la innovación y al libre mercado, estableciendo barreras de entrada insalvables.
Completamente absurdo.
Ahora resulta que las compañías no van a tener el derecho de decorar sus propios logos, salvo que cuenten con el beneplácito de Google.
¿Y quién carajo es Google para decidir lo que puede o no hacer una compañía con su propia imagen corporativa?
Se les está subiendo demasiado a la cabeza, y eso presagia desgracia.
Un saludo.
PD: El que hayan concedido la patente no significa nada: hace unos años, un periodista patentó la rueda en Australia, y la patente se concedió. En cuanto publicó la historia con la documentación, se anuló la patente.