Facebook, Twitter, YouTube, los blogs y otras páginas presentan muchas ocasiones de sabotear la caza de un trabajo o un ascenso, en un momento en el que los empleadores pueden permitirse ser más exigentes.
"Con los medios sociales, puedes ser insulso, aburrido y molesto con una frecuencia alarmante", afirmó Patricia Vaccarino, propietaria de una empresa de relaciones públicas de Seattle, en una carta a sus clientes.
Vaccarino señaló que muchos de sus amigos de Facebook han publicado comentarios con "gran detalle sobre sus colonoscopías, extracción de dientes, perros muertos, flatulencia, acné adulto, rupturas matrimoniales, batallas con enfermedades mentales y problemas con el alcohol". Si esta información puede apabullar a tus amigos, añadió, imagina la impresión que causaría sobre un posible empleador.
Kurt Weyerhauser, que recluta directivos en la empresa Kensington Stone de Los Angeles, señaló que un departamento de recursos humanos "encontró una fotografía en internet de un candidato fumando lo que parecía ser marihuana, y en otro caso una empresa encontró unas cuantas bromas fuera de tono que un candidato había colgado sobre raza y sexo".
Estos errores, señaló, pueden ser obstáculos para ser contratado, independientemente de la capacidad del candidato para realizar las tareas básicas del empleo.
En algunos estados de Estados Unidos, contratar o ascender a personas que han exhibido consumo de drogas o actitudes racistas o sexistas "podría constituir en contratación negligente o retención negligente", según Weyerhauser.
El experto citó el ejemplo de una madre soltera que cría a cuatro hijos y que habla en internet de su vida cotidiana, lo que podría convencer a un empleador de que está demasiado cansada y demasiado sobrecargada de trabajo para que se la considere para un ascenso que podría requerir más tiempo y energía.
Weyerhauser tenía un consejo final, instando a los cazadores de empleos