LD (Otr/press) El primer microchip, o circuito integrado, fue desarrollado en el Texas Instrument (TI), empresa que se encarga de desarrollar y comercializar semiconductores y tecnología para ordenadores, por el empleado Jack Kilby el 12 de septiembre de 1958. El nuevo invento estaba constituido por una tira de germanio junto a un transistor y otros componentes, todos ello pegado en una placa de vidrio.
Kilby se acababa de incorporar a la empresa en julio de ese mismo año y su función consistía en intentar solucionar problemas sobre cómo conectar componentes electrónicos para elaborar circuitos de un modo eficiente y efectivo. El nuevo empleado, al que no dieron vacaciones por ser un recién llegado a la empresa, se dio cuenta de que todos los componentes podían hacerse con el mismo material semicondutor –en aquella época germanio, actualmente se usa silicio– y así crear un circuito completo dando lugar al circuito integrado o microchip. Su invento, que medía 11,5 milímetros, revolucionó el mercado electrónico y, en pocos años, el mundo entero.
Internet sería impensable sin este invento. El mundo de las comunicaciones, el transporte o la medicina, que cada poco tiempo se renuevan sacando aparatos o mecanismos que logran mejorar su calidad, efectividad y así hacer más fácil la vida de los usuarios, se da gracias al extraordinario poder de los microchips. Jim Tully, jefe del grupo de investigación de Gartner, consultoría que se encarga de resolver problemas complejos a empresas tecnológicas, dijo que los circuitos integrados (o microchips) están "tan metidos en nuestras vidas que sería duro imaginar la vida sin ellos. El microchip es el motor de la era informática", según explicó a The Times en unas declaraciones recogidas por otr/press.
Durante este año se fabricarán más de 267.000 millones de circuitos integrados. Gartner prevé que esta cifra aumente hasta los 330.000 millones para el año 2012. Con el transcurso de los años, los microchips se han hecho mucho más pequeños pero la verdadera revolución ha llegado con el notable aumento de la cantidad de transistores que se pueden integrar ahora en un solo chip. A finales de la década de los 60 los microchips contenían cientos de transistores, en los 80 contenían miles. Intel, la empresa líder mundial en manufactura de microchips, ha descubierto, este año, un microprocesador al que dieron el nombre de Tukwila, en el que se integran más de 2.000 millones de transistores microscópicos.
La clave del éxito de este pequeño componente es el bajo coste de la manufactura, ya que los materiales que lo forman son impresos como unidad. De la misma manera, estos componentes consumen muy poca energía y son fácilmente reemplazables.