L D (Europa Press) Por ejemplo, en la últimas dos semanas se han hecho notar las protestas por el conocido como "pensionazo". Diputados de distintas formaciones han recibido un "correo tipo" en el que los autores advierten de que ni ellos ni sus familias les votarán en las próximas elecciones por haber apoyado "una rebaja del 25 por ciento" de las pensiones de clases pasivas, una acusación que, según recalcan algunos de los receptores, es totalmente falsa.
Con motivo de la discusión de una propuesta para prohibir los transgénicos en España, varios diputados del PSOE se encontraron con miles de mensajes en su bandeja de entrada instándoles a apoyar la iniciativa.
Por su parte, diputados de formaciones de izquierda vienen recibiendo casi diariamente miles de mensajes rechazando la ampliación de la Ley del aborto que se discute en la Cámara Baja.
También son frecuentes las oleadas de miles de mensajes de los antitaurinos reclamando a los diputados una postura crítica hacia la fiesta nacional y que eviten la retransmisión de corridas de toros en los medios públicos.
Asimismo, es frecuente que las asociaciones contra el maltrato animal se dirijan a los parlamentarios cada vez que se celebra una fiesta local denunciando que estas tradiciones implican someter a los animales a sufrimientos y vejaciones.
A todo ello se añade el 'bombardeo' masivo de "spam'" que reciben todas las direcciones informáticas de la red del Congreso, habitual en otras instituciones y centros de trabajo. En ese contexto, algunos grupos parlamentarios se están planteando pedir al Congreso incrementar los filtros de los correos electrónicos para evitar el colapso del sistema.
Los miembros de la Mesa del Congreso ya han recibido quejas a título personal de algunos diputados por este problema, pero el órgano de gobierno de la Cámara, de momento, no ha estudiado el asunto formalmente.
Fuentes de la Mesa consultadas admiten que ésta es una realidad que tendrán que analizar, pero ya avisan de que se trata de un tema complejo, puesto que hay que tener en cuenta que el correo electrónico es un instrumento muy útil para que los parlamentarios se mantengan en contacto con los ciudadanos.
En cualquier caso, aseguran que hay que garantizar la "transparencia" y no olvidar que los correos que pueden incomodar a unos diputados pueden resultar muy gratificantes para otros, lo que dificulta dónde poner los límites.
La utilización de filtros en otras instituciones ha dado lugar a situaciones rocambolescas. Según recordó un diputado catalán, durante una época en el Parlamento de su comunidad se activaba un filtro en todos los mensajes que contenían la palabra "amor", lo que provocó que un diputado que se apellida Amorós no pudiera comunicarse con sus compañeros mediante el correo electrónico.