Estados Unidos anunció que permitiría la exportación de programas de internet que permitan conversaciones en línea y acceso a redes sociales en Cuba, como un paso para el desbloqueo, criticado hasta la saciedad.
Pero, cuando el régimen de La Habana tiene lo que quiere, tampoco le gusta. En cuanto el castrismo se percató de los riesgos que fomentaba la libertad de expresión de estas redes en la isla, se ha aproximado a condenarlo, afirmando que forma parte de un plan de "subversión" y "desestabilización" para derrocar al Gobierno cubano.
Los funcionarios estadounidenses anunciaron que este desbloqueo permitirá a empresas tecnológicas ofrecer servicios a Irán, Sudán y Cuba, con la esperanza de que la medida ayude a sus ciudadanos a comunicarse con el mundo exterior.
Pero la posibilidad de que eso facilitase también la denuncia de los abusos de la dictadura, intranquilizó a los Castro. "Al anunciar la medida, el Gobierno de Estados Unidos expresó claramente que su objetivo es utilizar esos medios, esos servicios, como herramienta de subversión y desestabilización", opinó Josefina Vidal, directora de América del Norte del Ministerio de Exteriores cubano, en declaraciones a una radio local.
La decisión del Departamento del Tesoro estadounidense siguió a una petición del Departamento de Estado de otorgar exenciones bajo las sanciones existentes, permitiéndole a compañías como Google y Microsoft exportar software libre para el mercado masivo.
Vidal consideró que las nuevas medidas para ofrecer servicios de internet a la isla no flexibilizan el embargo, sino que son una "maniobra agresiva", según informó la emisora estatal Radio Reloj.
"Se demuestra una vez más que el Gobierno norteamericano no está interesado en flexibilizar su política, ni desarrollar una comunicación normal con Cuba, sino en establecer canales que faciliten su labor subversiva", señaló la responsable del Gobierno cubano.
Cuba y Estados Unidos no mantienen relaciones diplomáticas desde la revolución de 1959 liderada por Fidel Castro. El presidente estadounidense, Barack Obama, prometió "relanzar" las relaciones con Cuba y eliminó algunas restricciones para que los cubano estadounidenses visiten y envíen remesas a familiares, pero sostiene que no apoyará el levantamiento del embargo mientras La Habana no libere a los presos políticos y dé muestras de avance en el tema de los Derechos Humanos.
Ambos países han retomado el diálogo migratorio e iniciaron conversaciones para restablecer el servicio de correo directo, aunque la detención a finales de 2009 de un contratista del Gobierno de Estados Unidos por repartir teléfonos vía satélite en la isla ha enfriado las tímidas señales que dieron Washington y La Habana bajo la presidencia de Obama.