El juego, que sólo en el día de su lanzamiento, el martes, vendió más de cinco millones de copias, convierte al espectador en un agente de la CIA cuyo primer objetivo es asesinar al líder de la Revolución Cubana, en el contexto de la Guerra Fría, poco antes de la crisis de los misiles de 1962.
"Lo que no logró el Gobierno de los Estados Unidos en más de 50 años, ahora pretende alcanzarlo por vía virtual", recoge la web oficial Cubadebate en un artículo donde crítica la "lógica perversa" de este videojuego por "glorificar los atentados que de manera ilegal planificó" Washington contra Castro.
El rotativo asegura que han existido hasta 600 intentos frustrados de atentar contra el ex mandatario cubano. Hasta el momento, La Habana ha confirmado el envío de un traje de buzo impregnado con bacterias, un molusco bomba y de un puro y un batido de chocolate envenenados, que fueron los que más cerca estuvieron de acabar con la vida de Castro.
Más allá de los planes de atentado contra el líder cubano, el artículo condena la violencia contenida en este tipo de juegos que "constituyen un divertimento para psicópatas (...) y estimulan actitudes sociópatas entre los niños y adolescentes norteamericanos, principales consumidores".