El Ejecutivo comunitario justificó su decisión de cerrar el caso alegando que todas las empresas que habían presentado quejas contra el fabricante de chips, entre ellas Ericsson, Nokia, Texas Instruments, Broadcom, NEC y Panasonic, habían retirado sus denuncias.
Bruselas estaba investigando si las tarifas que Qualcomm está cobrando a los fabricantes de móviles desde que su tecnología patentada se convirtió en parte del estándar europeo de telefonía de tercera generación son "excesivamente elevadas".
Pero pese al tiempo y a los recursos consagrados a esta investigación, la Comisión todavía no ha alcanzado conclusiones formales. Ante la retirada de las quejas, Bruselas "no considera apropiado invertir más recursos en este caso".