"Ese registro permitirá que, al final del día, cada alcalde, los gobernadores regionales y el propio presidente de la República, además del ministro de Educación, puedan saber cuántos alumnos frecuentaron la escuela ese día", agregó, sin precisar los detalles técnicos del proyecto. El control permitirá perfeccionar las políticas públicas de educación y determinar la intervención inmediata en las escuelas que registren bajas significativas de asistencia de los alumnos, agregó.
El mandatario explicó que su programa Bolsa Familia, que concede un subsidio a las familias pobres que mandan sus hijos a las escuelas, ya está beneficiando a 4,2 millones de hogares brasileños y la meta es extenderlo a once millones. El sistema de medición digital de frecuencia también determinará si las familias beneficiadas por los subsidios están mandando a sus hijos a la escuela.
"El dinero no será problema para crear nuevos programas de calificación de docentes", remarcó Lula, al tiempo que remarcó que se cumplirán los preceptos constitucionales que obligan al Estado a destinar un importante porcentaje de su presupuesto a la educación. "Cualquier centavo que sea destinado a la educación tiene que ser considerado por los gobernantes de todo el mundo como una inversión en el futuro de las nuevas generaciones, en el futuro del país y en las posibilidades de desarrollo del país", afirmó.
Entre los objetivos del Gobierno está el de alfabetizar a 1,6 millones de adultos este año. Durante su primero año de gobierno, 3,2 millones de brasileños se inscribieron en cursos de alfabetización, señaló Lula.