Algo más de dos años más tarde, nos encontramos a pocas semanas del lanzamiento de la segunda entrega, de la que muchos usuarios han dudado debido a la polémica con los estudios de desarrollo o de si realmente era necesaria una secuela. Gracias a Take Two hemos podido jugar durante casi dos horas en profundidad, y os vamos a detallar nuestras impresiones, por supuesto, en un artículo totalmente libre de spoilers.
Bienvenidos a Rapture
Sí bien no es obligatorio, es altamente recomendable que hayáis no sólo jugado, sino superado la primera entrega para disfrutar al máximo de la continuación (como aún quedan un mes para su lanzamiento, es buen momento para hacerlo si todavía no lo habéis hecho). Para los que no lo hayan jugado o los más despistados, os introducimos ligeramente en Rapture. Andrew Ryan, un importante magnate de negocios, decide crear una ciudad "Laissez-faire" (término francés que describe una economía totalmente libre, con una nula participación del Estado, donde la ley de oferta y demanda está presente en todos los aspectos de la vida) en el fondo del océano Atlántico. En ella el individuo es el ente más importante, donde ninguna ley o restricción moral impone límites a los artistas o científicos que la habitan. Como no por ello dejaron de ser seres humanos, avaros y codiciosos, la envidia y las ansias de poder se apoderaron de la ciudad, creando el caos y dejando una población con un estado mental más que dudoso, como pudimos observar a lo largo del desarrollo de la historia.
¡Abajo el individualismo! ¡Viva el colectivismo!
Han pasado ya diez años desde el final de la primera entrega, y desde hace algunos menos ninguna niña de seis a ocho años está a salvo, y es que una criatura de aspecto humanoide las secuestra y desaparecen sin motivo aparente. Nosotros encarnaremos a un Big Daddy, pero no uno cualquiera, sino el primer prototipo, extremadamente poderoso y con la capacidad de usar plásmidos. Eso sí, aquellos que pensaron que tendríamos la misma pesadez que uno normal iros olvidando, ya que nos movemos con la misma ligereza y soltura que sí fuésemos un humano normal y corriente, algo que es de agradecer en pro de la jugabilidad.
El objetivo del juego será ir avanzando mientras ayudamos a diferentes personajes a lo largo de la aventura y, por supuesto, no os podemos desvelar más en este sentido. Por ejemplo, en el nivel que hemos tenido oportunidad de jugar, teníamos que conseguir el plásmido de fuego para derretir el hielo que bloqueaba una puerta para poder avanzar. En ese momento nos hemos introducido en un parque temático construido por Ryan con el objetivo de mostrar a los jóvenes de Rapture como era la vida en la superficie, eso sí, todo bajo su punto de vista. Como podremos ver todo estará influenciado por Andrew, con una narrativa que volverá a depender de las escuchas de cintas y mensajes en el escenario. Una de las incógnitas que quedaban del primer título era conocer un poco mejor los orígenes de Rapture, elemento en el que se ha hecho especial hincapié en esta segunda entrega, despejando bastantes dudas en este tema.
De nuevo, para conseguir ADAM nos veremos envueltos en decisiones morales, pero de forma mucho más compleja. Ya os adelantamos que habrá cuatro finales dependiendo de las decisiones que tomemos. Para empezar, los Big Daddys no nos atacarán hasta que nosotros hagamos lo propio, por lo que podremos preparar los combates con tranquilidad. Una vez les derrotemos podremos cosechar a la niña para quedarnos con su ADAM o subirla a nuestro hombro. Ella nos conducirá hasta los cadáveres que tengan la preciada sustancia para extraérsela, pero mientras lo hace llamará la atención de los splicers debido al olor, y tendremos que combatir contra ellos para defender a la pobre criatura. Por supuesto podremos prepararnos previamente colocando trampas y elementos explosivos por el escenario. Una vez la dulce niña acabe de extraer el ADAM podremos continuar nuestro camino.
De la misma forma podemos saltarnos estas opciones y no usarlas para estos fines. Una vez lleguemos a ciertos puntos (los mismos conductos que en Bioshock), podremos elegir de nuevo cosecharlas o liberarlas. Como hemos podido ver, hay cuatro caminos diferentes: matarla, usarla y matarla, usarla y liberarla, no usarla y liberarla; y dependiendo de ello variarán algunas en el desarrollo, aunque aún desconocemos el alcance de estas acciones. Mientras ella esté en nuestro hombro, cabe la posibilidad de sufrir un ataque de las Big Sisters, que al contrario de lo que muchos lectores se piensan, no es una persona, si no un ejército de élite al igual que los Big Daddys; son algo menos poderosas pero se mueven mucho más rapido y, como no podía ser de otra forma, nuestro objetivo será aniquilarlas.
Ya por último, señalar que el hackeo de máquinas, cámaras, torretas y otros elementos era muy tedioso y acababa por cansar a casi todos los jugadores en la primera entrega, por lo que se ha simplificado enormemente haciéndole un enorme favor al dinamismo del juego. Ahora tendremos que pulsar el botón en el momento adecuado mientras un indicador se desplaza por barras de colores rojas, blancas, verdes y azules, siendo verde lo correcto y azul bonificación adicional. Cabe decir que es bastante sencillo y, a su vez, divertido.
Apartado técnico
Técnicamente nos encontramos ante un título muy similar a su antecesor, haciendo uso de nuevo del Unreal Engine 3 y del mismo diseño en las texturas. Ahora bien, el juego parece moverse un poco más fluido, las texturas son de más calidad, los efectos especiales han sido renovados por completo con resultados mucho más vistosos y los escenarios son más amplios. Huelga decir que estará totalmente localizado al castellano.
En resumen
Todas las dudas que teníamos acerca de Bioshock 2 han sido despejadas de golpe y plumazo en pocos minutos de juego. De nuevo contaremos con una excelente ambientación, una historia intrigante llena de ambiguos personajes y una jugabilidad depurada para ofrecer más y mejores combates. Sólo nos queda esperar al 9 de febrero para dictar el veredicto final, pero todo parece apuntar a que de nuevo nos encontramos ante un grande. Quizás no marcará un antes y un después como sí hizo su predecesor, pero da la impresión de que será incluso mejor producto en global.