LD (EFE) La salida de Gates, que ha querido pasar página y dedicarse a sus proyectos filantrópicos, fue anunciada ya hace dos años en un comunicado de la empresa y simbolizará el fin de la época dorada de Microsoft que, 33 años después de su fundación, parece haber tocado techo.
"Estoy dejando algo, es un trabajo divertido, pero si siempre que hubiese un competidor interesante pensase en quedarme, entonces tendría que morir en el trabajo", confesó el magnate de la informática en una reciente entrevista con la revista Newsweek.
El fabricante del casi universal sistema operativo Windows y los omnipresentes programas de ofimática Word, Excel, Access y PowerPoint está viviendo la contradicción de ver cómo sus competidores comienzan a ganarle terreno poco a poco mientras lidia al mismo tiempo con procesos judiciales que le acusan de monopolio.
Tiempos revueltos para Microsoft que desde 2000 ha ido preparándose para el adiós definitivo de Gates, quien hace ocho años fue sustituido como presidente ejecutivo por Steve Ballmer, su amigo y mano derecha, y pasó a ejercer tareas de arquitecto jefe de software, así como presidente del consejo de administración.
Gates centrará sus esfuerzos a partir de ahora en sacar adelante proyectos humanitarios que ha puesto en marcha a través de la Fundación Bill y Melinda Gates, institución benéfica dedicada a temas sanitarios y educativos que recibió en 2006 el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.
"Tendré cuatro veces más de tiempo para revisar estrategias sobre lo que hacemos en educación, lucha contra enfermedades, agricultura, microcréditos, y mis apariciones en público tendrán que ver en su mayor parte con la Fundación, así que mis viajes serán a África y a la India", declaró Gates.
Ballmer y la directiva de Microsoft, sin embargo, tendrán que hacer frente a los nuevos desafíos de la compañía que ha visto caer su beneficio en el último trimestre un 11 por ciento y ha perdido la batalla por el control del mercado de buscadores de internet frente a Google, especialmente tras su fracaso para adquirir Yahoo.
La hegemonía que Microsoft alcanzó con Gates, si bien es aún muy sólida, empieza a ver nubes en el horizonte. Las innumerables críticas recibidas por su último sistema operativo, Windows Vista, con problemas de compatibilidad con otros programas así como con periféricos, no ha impedido que su comercialización se dispare y ya existan más de 140 millones de licencias en todo el mundo.
Muchos usuarios y empresas siguen, sin embargo, fieles a su antecesor Windows XP, que tiene los días contados, mientras aumenta la popularidad de los sistemas operativos gratuitos como Linux o crece la cuota de mercado de los dispositivos de Apple, competidor de Microsoft, que utiliza sus propios programas.
Atrás queda la época en la que el Microsoft de Gates se situaba a la cabeza de la innovación informática –algunos ya acuñaron el término Vistaster para lo que denominaron el "desastre del Vista"– mientras que a su paquete de Office le surgen fiables competidores sin coste para el usuario, como el Open Office.
Esta empresa desarrolló el exitoso sistema operativo MS-DOS, introducido por IBM en sus ordenadores en 1981, y el posterior Windows, presente en la mayoría de los ordenadores personales del mundo desde 1985.
A sus 52 años, William Henry Gates, casado y padre de tres hijos, parece haber completado sus aspiraciones empresariales en la vida. Se va justo cuanto está considerado el tercer hombre más rico del mundo, con una fortuna que alcanza los 58.000 millones de dólares (unos 36.800 millones de euros), según la revista Forbes en 2008.