"El señor Garowski encendió su Kindle 2 para ver cómo desaparecía 1984 ante sus ojos", aseguraba la demanda presentada a finales de julio en un tribunal del distrito estadounidense de Washington en nombre de Gawronski y un segundo demandante, Antoine Bruguier. Ahora se ha llegado a un acuerdo extrajudicial cifrado en 150.000 dólares.
Los hechos se remontan a comienzos de julio, cuando algunos compradores de los libros 1984 y Rebelión en la granja, de George Orwell, protestaron en los foros de Amazon porque ambos títulos habían desaparecido de su lector electrónico Kindle. La empresa inicialmente alegó que la editorial que los había publicado los retiró posteriormente, un caso "raro", e indicó que había devuelto el dinero a los afectados. Posteriormente, tras el revuelo formado, explicó que el problema consistía en que ambos libros habían sido publicados por una empresa que no tenía los derechos para hacerlo, por lo que habían procedido a retirarlos tras la protesta de quien sí los tenía.
Pocos días después, Jeff Bezos, el presidente de Amazon, dejó un mensaje en los foros oficiales de Amazon para los usuarios de Kindle en el que reconoció el error de su empresa:
Esta es una carta de disculpa por la manera en que hemos gestionado hasta ahora las ventas de copias ilegales de 1984 y otras novelas en el Kindle. Nuestra "solución" al problema fue estúpida, desconsiderada y completamente alejada de nuestros principios. Ha sido nuestra completa responsabilidad, y merecemos las críticas que hemos recibido. La cicatriz que este error nos va a dejar nos servirá para tomar mejores decisiones en el futuro, decisiones acordes con nuestra misión.
La disculpa, sin embargo, no fue suficiente para evitar la demanda, que aducía que Amazon no tiene el derecho de eliminar ningún contenido digital de los Kindles de sus clientes, los lectores electrónicos fabricados por la compañía. Los abogados arguyeron que al eliminar el contenido, Amazon violó el contrato que tenía con sus clientes. "Amazon no tiene derecho a eliminar los libros electrónicos de las Kindle y los iPhone de sus consumidores, al igual que tampoco (tiene derecho) a quitarles los libros en papel que vende y distribuye a sus consumidores", decía la demanda.