El presidente ejecutivo de Microsoft, Steve Ballmer, ha hecho del discurso inaugural de la feria CES un espectáculo que comenzó con importantes aglomeraciones en el hotel en que se celebraba, arrojó algo de luz al lanzamiento de Windows 8 y estuvo amenizado por un grupo góspel.
Hasta el monstruo de las galletas de Barrio Sésamo disfrutó de su minuto de gloria durante el discurso de Ballmer que, aunque no defraudó, se alargó durante una hora en la que, más que anuncios, se hizo un intenso repaso de los logros alcanzados por Microsoft.
La expectación no podía ser mayor: después de 14 años inaugurando CES, la feria de electrónica de consumo más importante del mundo, Microsoft se despedía del Consumer Electronics Show con esta presentación que, más que discurso, fue un diálogo entre Ballmer y diferentes interlocutores.
Según informa Efe, las aglomeraciones en el hotel The Venetian -que acogía el evento- obligaron a los responsables del establecimiento a cerrar el acceso a la planta en que se celebraba, por lo que muchos periodistas y profesionales del sector se vieron obligados a seguir el discurso a través de internet desde alguna de las salas adyacentes.
Ballmer sabe que sus palabras marcan tendencia. Si en 2010 se adelantó a la llegada del iPad de Apple con el anuncio de una tableta, ante la pregunta de qué será lo próximo para el sector, no dudó en contestar que será "Windows 8. No hay nada más importante para Microsoft que Windows", respondió con gran entusiasmo.
De hecho, las características del sistema operativo, cuya salida está prevista para este mismo año, coparon gran parte del evento en el que se pudo ver su organización de aplicaciones, adaptable a todos los tamaños de pantalla, el "Market" para descargar programas y algunos de los fabricantes -Acer, Toshiba, Dell, Samsung, HP o Lenovo- que preparan ordenadores "construidos para Windows 8".
"Si por algo se caracteriza Windows es por su capacidad para reinventarse, para evolucionar y seguir hacia adelante. La gente quiere tener lo mejor de lo que ya tenía y lo mejor de lo que está por venir y con Windows 8 reimaginamos el sistema operativo de principio a fin", explicó Ballmer, que espera que la experiencia del software se complemente con las aplicaciones que vayan apareciendo.
No se olvidó de Windows 7 ni de sus usuarios: 500 millones de ordenadores usan esa versión de Windows que, dijo, "estará preparada desde el primer día para soportar Windows 8".
El anuncio del desembarco de Kinect, el sensor de movimientos sin mando de Microsoft, en el mundo del PC a partir de febrero dio paso a las novedades en el entorno Xbox que, en palabras de Ballmer "no solo ha reinventado el mundo del entretenimiento, también ha transformado otros ámbitos como la educación o las aplicaciones médicas".
La posibilidad de interactuar con contenidos más allá de los videojuegos es una de las novedades que, combinada con la tecnología de realidad aumentada, se podrán ver pronto en Xbox.
Windows Phone
Windows Phone también estuvo en el orden del día con los lanzamientos de la gama Lumia de Nokia en el mercado estadounidense, que pronto podrá disfrutar del resultado del matrimonio Nokia-Microsoft que ya ha dado a luz tres dispositivos: los Lumia 710 y 800 y el 900, que se anunció este lunes.
"Estoy realmente emocionado con el salto a la conexión 4G y LTE, el resultado es una explosión de rapidez", comentó Ballmer justo antes de coger en sus manos el próximo HTC que contará también con el sistema operativo para móviles de Microsoft.
No hubo lágrimas de despedida al término del discurso que pone punto y final a la estrecha relación de Microsoft con CES, pero sí tuvo mucho de nostalgia y de reafirmación de los pilares históricos que sustentan a la compañía. No en vano, las últimas palabras de Ballmer sobre el escenario fueron "Windows, Windows, Windows", con toda la vehemencia que esconde un adiós.