Un superordenador virtual de Amazon se cuela en la lista de los más potentes
Amazon cuenta con uno de los superordenadores más potentes del mundo, aunque no existe de forma tangible como tal.
La lista de los 500 superordenadores más rápidos del mundo no ha traído en su última edición de noviembre ninguna novedad en los diez puestos más altos. Sin embargo, escarbando un poco en puestos más bajos, sorprende encontrar en el número 42 un supercomputador construido en la infraestructura de Amazon para computación en la nube.
Mientras el resto de superordenadores son grandes máquinas que ocupan armarios y más armarios llenos de chips y cables en laboratorios que necesitan de gran capacidad de cálculo, el de Amazon es virtual y se construye sobre su Elastic Compute Cloud (EC2), una infraestructura de servidores que cualquiera pueda alquilar para alojar su sitio web... o crear su propio superordenador.
Una empresa llamada Cycle Computing se especializa precisamente en eso. Este año creó un clúster de 30.472 núcleos funcionando con el sistema operativo CentOS Linux para una de las principales farmacéuticas del mundo, cuyo nombre no aclaró. Pero no ejecutó el software Linpack necesario para hacer comparaciones con otros superordenadores y entrar en la lista Top500 de los más rápidos del mundo.
Amazon, en cambio, sí lo ha hecho con un clúster de 17.024 núcleos, que ha alcanzado los 240 teraflops y se ha colocado en el puesto 42 de los superordenadores más potentes del mundo. A finales del año pasado ya preparó un clúster de 7.000 núcleos que se clasificó en la posición 232 gracias a una velocidad de cálculo de 41,82 teraflops, aunque ya había bajado a la 451 en junio de este año. El líder de la lista de los más potentes es el japonés K Computer, que alcanza los 10,51 petaflops, unas 44 veces más rápido que el superordenador virtual de Amazon.
Alquilar un superordenador a Amazon para tareas específicas puede suponer grandes ventajas: uno de 30.000 núcleos cuesta menos de 1.000 euros la hora y además no hay que esperar los seis a doce meses que se tarda en construir un superordenador de la manera tradicional. Pero no todo es miel sobre hojuelas. La capa de virtualización de Amazon puede suponer un lastre para ciertas aplicaciones e impedir que se aproveche la potencia teórica que tiene.
En cualquier caso, tal y como afirma Jason Stowe, director general de Cycle Computing, se pueden llegar a hacer "simulaciones de dinámica de fluidos, simulaciones de dinámica molecular, análisis financieros, de riesgos o la secuenciación del ADN", informa Europa Press. Y todo ello puede funcionar utilizando la infraestructura de Amazon EC2 desde un ordenador modesto.
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