Los ordenadores personales diseñados para Windows 8 utilizarán un hardware basado en un nuevo protocolo de arranque, conocido como Unified Extensible Firmware Interface en lugar de la veterana BIOS (Basic Input/Output System), que lleva con la arquitectura del ordenador personal desde que IBM la creó en 1981.
UEFI es una nueva generación de arranque alternativa al estándar BIOS, que dificulta que se carguen sistemas operativos que no estén aprobados oficialmente por una autoridad certificadora. Esto afecta tanto a fabricantes de software como de hardware, según explica un desarrollador de Red Hat, Matthew Garrett, en su blog.
En esencia, esta tecnología está diseñada para proteger contra rootkits y otros ataques de bajo nivel mediante la restricción de ejecutables y controladores que no lleven una firma digital compatible con UEFI, según indica Microsoft en una presentación de Windows 8. Esto obligaría a sistemas operativos a disponer de una clave, y las licencias libres que usa Linux podrían impedirle incluirla en el llamado bootloader, que es el programa encargado de hacer arrancar el sistema operativo, haciéndolo incompatible con los ordenadores certificados.
De momento, se desconoce si Microsoft permitirá a los fabricantes que añadan la opción de desactivar esta opción, lo que permitiría emplear cualquier sistema operativo. Posiblemente lo haga, pero eso no significa que los fabricantes la vayan necesariamente a incluir. Como mínimo, los compradores de ordenadores que quieran instalar algo que no sea Windows en ellos tendrán que asegurarse de que pueden hacerlo.