El pianista malagueño José Antonio Prieto, socio y antiguo inspector de la Sociedad General de Autores y Editores, dice conocer muy bien la casa. Se afilió en 1973, el mismo año que Teddy Bautista, contra quien tiene interpuesta una demanda por apropiación indebida.
Entre 1990 y 1995, incluso recaudó dinero para la sociedad, hasta que vio lo que hacían, "cómo robaban a la gente", empezando –siempre según su testimonio- por él mismo. Según asegura ha sido testigo de casos realmente flagrantes. Después de un concierto de UB40 en Málaga, en el que se cobraron 3 millones de pesetas en derechos de autor, se tiraron a la basura las hojas de cobro originales, sin las cuales no se puede pagar a ningún artista. Su conclusión: ese dinero no iba a llegar a los autores, iba a otro sitio.
En declaraciones al diario El Mundo, Prieto desvela –además- uno de los trucos de la SGAE para hacer desaparecer el dinero de los autores. Incitaban a los locales de conciertos a que hicieran contratos mixtos (como si pusieran una parte de la música grabada y la otra se tocara en directo). El motivo: que la música "tocada" la cobra el autor, mientras que la grabada va a un fondo que nadie sabe a qué se destina.
Entre 1997 y 1999, Prieto presentó una querella contra la SGAE por fraude generalizado y también una demanda civil por apropiación indebida, ya que le debía un millón de euros de actuaciones que no había cobrado. Algo curioso es que, en 2004, durante uno de los procesos judiciales, el juez tuvo que requerir documentos sobre los pagos al artista malagueño, porque la sociedad le había enviado papeles corregidos con Típex, fotocopias en lugar de originales (para que no aparecieran ciertos números), etc.
En definitiva, para Prieto, en la SGAE lo que ha hay es mucho descontrol y un "golferío" que lleva denunciando años, incluso ante los tribunales.