Los partidos opositores israelíes han alcanzado un acuerdo para formar una coalición de gobierno que dejaría fuera al actual primer ministro, Benjamín Netanyahu, que, en caso de ratificarse el gobierno en el Parlamento, perdería el cargo después de doce años seguidos en el poder en Israel.
Poco antes de la medianoche, cuando acababa su plazo para conformar un Ejecutivo, el líder de la oposición, Yair Lapid, comunicó al presidente de Israel, Reuvén Rivlin, que ha logrado un pacto de gobierno en el que estarían implicados otros siete partidos de la oposición.
"Me comprometo con usted, señor presidente, a que este gobierno trabajará para servir a todos los ciudadanos de Israel", dijo Lapid, que agregó que hará todo lo que esté a su alcance "para unir a todas las partes de la sociedad israelí.
Una mezcla imposible
Este Ejecutivo, que debe ser ratificado en los próximos doce días por el parlamento israelí, consistirá de una extraña mezcla de partidos aparentemente imposible, incluyendo a algunos de la derecha nacionalista hasta la izquierda clásica de Israel, que atraviesa sus horas parlamentarias más bajas, y, por primera vez en la historia del país, hasta un partido árabe islamista.
Otra de sus particularidades del nuevo ejecutivo, aunque no es la primera vez que esto ocurre en Israel, será que contará con dos primeros ministros: el nacionalista religioso Naftali Bennett, líder de Yamina, ocupará el cargo durante dos años antes de transferirlo al centrista laico Yair Lapid, líder de Yesh Atid.
El documento fundacional del nuevo Ejecutivo cuenta además con las firmas de los líderes de los otros seis partidos que lo componen: el derechista Israel Nuestro Hogar, el centroderechista Azul y Blanco, el izquierdista Partido Laborista, el izquierdista y pacifista Meretz y el islamista Raam.
Reparto de carteras
Aunque las carteras ministeriales aún no estén formalmente divididas, medios locales han informado de que Beny Gantz, líder de Azul y Blanco, continuaría en el cargo de ministro de Defensa, y que Lapid y Benet se alternarían también en el puesto de ministro de Asuntos de Exteriores, cuando no ocupen el de primer ministro.
La cartera de Justicia la ocuparía Guideon Saar, que encabeza Nueva Esperanza; mientras que Avigdor Lieberman, de Israel Nuestro Hogar, estaría al frente de Finanzas. Por otra parte, la líder laborista Merav Michaeli sería la nueva ministra de Transporte; y Nitzán Horowitz, de Meretz, dirigirá la cartera de Sanidad.
Un acuerdo que depende de un voto
Todo esto, sin embargo, depende de que el nuevo Gobierno cuente con el apoyo de al menos 61 diputados durante la jura en el Parlamento, algo que todavía no está garantizado. Hasta el momento de la votación, e incluso ese mismo día durante la ceremonia, nada estará cerrado y todo puede cambiar, ya que los acuerdos alcanzados por los partidos son de carácter político y no comprometen legalmente a los parlamentarios.
Esto resulta especialmente relevante considerando la fragilidad de la coalición anunciada, no solo por la diversidad de partidos que la componen sino por contar con una mayoría muy ajustada de tan solo 62 diputados de una Cámara de 120. De hecho, un miembro de Yamina ya ha adelantado que podría votar en contra de la formación del nuevo Gobierno, otros han expresado sus dudas, por lo que los próximos días serán decisivos para la continuación de negociaciones e intentos de acuerdos para garantizar los votos necesarios.
De concretarse la formación de esta coalición, Benjamín Netanyahu abandonaría el cargo de primer ministro tras 12 años —ya es el que más tiempo ha ocupado el cargo en toda la historia del país—, y pasaría a liderar la oposición a través de su partido, el Likud.