Romina Ashrafi fue asesinada el 21 de mayo por su padre, en un crimen que ha desatado la polémica en el país debido a la levedad de la sentencia: sólo nueve años de cárcel para el asesino en un país como Irán en el que se ejecutan penas capitales por 'delitos' como ser homosexual.
La adolescente se había fugado con un hombre de 28 años y la Justicia la obligó a regresar con su familia. La propia Romina pidió ante los tribunales que no la obligaran a volver con su padre porque temía ser atacada, pero la solicitud fue ignorada.
Tras el asesinato también ha salido a la luz que el padre intentó que su esposa convenciera a la niña de que se suicidara por haber deshonrado a la familia.
La madre recurrirá la sentencia
La madre de la niña, Rana Dashti, ha expresado su indignación por la sentencia en una entrevista concedida a la agencia de noticias iraní ILNA porque "ha causado miedo y pánico a mí y a mi familia". La mujer ha anunciado ya que recurrirá la sentencia y que tras 15 años de convivencia no tiene intención de continuar la relación con su marido.
Dashti ha expresado además su preocupación por el riesgo para la vida de su único hijo. "No quiero que mi marido vuelva al pueblo", ha remachado, según recoge el diario británico The Guardian.
"Su padre la pegaba todos los días"
También ha sido detenido y condenado a dos años de cárcel el joven de 28 años, Bahman Jawri, quien ha asegurado que la familia de la chica rechazó un posible matrimonio porque él es suní.
"Ella me quería y se refugió conmigo porque su padre la pegaba todos los días, era un drogadicto. Me pidió que la salvara de las torturas diarias que sufría casándome con ella", ha explicado el propio Jawri a la prensa iraní al ser interrogado por la diferencia de edad entre ambos.
El caso aviva la polémica sobre las denuncias contra un sistema judicial iraní que considera al hombre con derecho a castigar a mujeres y niñas si no cumplen con el código de honor no escrito. Hasta ahora las iniciativas para garantizar los derechos de los menores han chocado con el Consejo de Guardianes de la Revolución, que desecha las normativas por considerarlas antiislámicas.