Siempre según la versión hecha pública en los medios oficiales sirios, Israel ha disparado misiles contra posiciones de las fuerzas gubernamentales sirias y de sus aliados al sureste de Damasco que, según el Ejecutivo sirio, fueron interceptados por sistemas de defensa antiaéreos.
La agencia oficial siria, SANA, afirmó que las defensas antiaéreas destruyeron dos de los misiles, lanzados contra una base militar en una zona rural cerca de la capital de Siria, según recoge Efe.
Sin embargo, según la información que han revelado fuentes de seguridad a Sky News Arabia y de la que se hace eco Europa Press, se trata de una base supuestamente empleada por Irán, que no reconoce oficialmente tener presencia militar fija en este país, cerca de la localidad de Al Kishwah, a 15 kilómetros de la capital.
Esta base sería de la revelada a principios de mes por fuentes de seguridad a la cadena británica BBC. Según las mismas, se trata de una base permanente iraní, actualmente en plena reforma, con el beneplácito de las autoridades sirias para proteger la capital.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que también informó del ataque, indicó que aparentemente los misiles fueron interceptados, según varias de sus fuentes.
La ONG desconocía, por el momento, si el ataque produjo daños, pero sí constató que las explosiones se escucharon en Damasco y en los alrededores y causaron interrupciones en el suministro de electricidad en varias zonas de la capital.
La prensa israelí confirma el ataque
Desde la prensa israelí se ha informado también de que aviones de guerra israelíes habrían atacado la base militar de Irán. Según esos informes, los ataques se efectuaron desde espacio aéreo libanés.
En los últimos dos meses las fuerzas israelíes han realizado varios ataques en territorio sirio, lo que ha llevado al Gobierno de Damasco a quejarse ante la ONU. La semana pasada, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, advirtió de que su país no permitirá la presencia militar de Irán en Siria.
Fuerzas iraníes y las milicias chiíes libanesas de Hizbulá, también respaldadas por Teherán, han participado activamente en el conflicto armado sirio, en apoyo al ejército del presidente Bachar al Asad.