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Rebeldes moderados y kurdos expulsan a EI de su bastión sirio de Manbij

El asalto a la ciudad se inició en mayo y ha estado apoyado por los bombardeos de la coalición internacional.

Rebeles moderados en la ciudad de Manbij. | Cordon Press

Los combatientes del Estado Islámico que quedaban en la ciudad siria de Manbij han huido en las últimas horas tras el asalto final de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza rebelde compuesta por batallones del Ejército Libre Siria (la oposición moderada apoyada por la comunidad occidental) y milicias kurdas, turcomanas (sirios de ascendencia turca), asirias, circasianas y de sirios de ascendencia armenia. De este modo, los yihadistas pierden uno de sus bastiones en Siria.

El Consejo de Seguridad de Manbij ha informado de que los remanentes yihadistas, que estaban confinados en el barrio de El Sirib, en el centro, han escapado al verse acorralados por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS, por sus siglas en inglés). Ahmet Ibrahim, miembro de este órgano, ha contado a la agencia rusa Sputnik que la batalla por Manbij, que comenzó en mayo, ha sido brutal. Según su versión, en total han muerto 3.000 miembros del Estado Islámico, y unos 300 de las SDF.

La campaña por Manbij ha estado marcada por las tensiones políticas porque comenzó con ataques de las milicias kurdas, a las que Turquía vincula con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado una organización terrorista por Ankara, Washington y Bruselas. La coalición internacional liderada por Estados Unidos tuvo que incluir a tropas turcomanas y árabes para forzar el 'placet' de Turquía y poder apoyar sin fisuras a las SDF con de bombardeos aéreos.

Ibrahim ha explicado que ahora las tropas opositoras han puesto en marcha un operativo para tratar de localizar y desactivar las minas antipersona colocadas por los terroristas en las zonas que han controlado hasta el último momento. De acuerdo con Sharfan Darwidsh, portavoz de las SDF, las minas no son el único salvoconducto usado por Estado Islámico. Los yihadistas han tomado a unos 2.000 civiles como rehenes para usarlos como escudos humanos en su huida.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, citado por Reuters, ha detallado que los terroristas han huido en un convoy formado por 500 vehículos que llevaban tanto combatientes como civiles. Al parecer, se dirigen hacia Jarablus, en el noreste. En Manbij ha estallado la alegría. Los civiles se han echado a las calles para celebrar el fin del dominio terrorista. Los hombres han cortado sus barbas y las mujeres, en señal de rebeldía, han quemado burkas, bailado, cantado y fumado.

La recuperación de Manbij, una ciudad de considerable tamaño -antes de la guerra vivían en ella unos 100.000 habitantes- se trataría según expertos en la mayor derrota de Estado Islámico desde la liberación de Palmira en marzo. Ubicada entre Raqqa -la capital del autoproclamado califato- y la frontera con Turquía, a unos 360 kilómetros de Damasco, fue conquistada por el Estado Islámico en 2014 y se usaba como centro estratégico para el abastecimiento de combatientes, armas y alimentos.

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