Una crisis humanitaria con cientos de miles de refugiados recorriendo a pie media Europa; un califato del terror cuyos vídeos de ejecuciones hielan la sangre y cuyas extremidades llevan a cabo atentados terroristas en Europa, África y Oriente Medio; un pequeño país con un buen número de facciones luchando por cada palmo de terreno mientras es bombardeado por seis países diferentes. La guerra civil que vive Siria se ha convertido en actualidad mundial.
¿Cómo comenzó la guerra civil en Siria?
Para conocer cómo hemos llevado a la situación actual es obligatorio retrotaerse a hace casi cinco años, cuando en muchos países del norte de África y Oriente Medio estalló la denominada Primavera Árabe. Ésta llego algo tarde a las calles de Siria, pero fueron muchos los ciudadanos que salieron a las mismas para pedir cambios a Bashar al Asad, el dictador que controlaba el país con mano de hierro.
En marzo de 2011 las manifestaciones en las calles sirias eran una constante y el Gobierno optó por reprimirlas con fuerza. La llama prendió en la localidad de Daraa, situada en el suroeste de Siria, cerca de la frontera con Jordania. Allí varios jóvenes que habían realizado pintadas contra el Gobierno fueron detenidos y torturados. Las manifestaciones para exigir su liberación empezaron a acabar con muertos por los disparos de las Fuerzas de Seguridad.
Las protestas pasaron a convertirse en rebelión cuando los actos de protesta se extendieron a amplias zonas del país y Al Asad ordenó a las Fuerzas Armadas emplear material pesado para reprimir a los opositores. Algunos miembros del Ejército sirio se revelaron contra el Gobierno e intentaron derrocarlo. Para ello, constituyeron el denominado Ejército Libre Sirio o FSA (Freedom Sirian Army).
¿Se han empleado armas químicas?
La respuesta es clara: Sí. Una vez levantado una parte del Ejército sirio contra Al Asad, éste ordenó bombardear con todo lo disponible las zonas del país que les eran leales y en las que encontraban apoyo entre la población local. No importaba que entre los afectados por los bombardeos hubiese población civil. Se da la circunstancia, además, de que el Régimen de Damasco es uno de los pocos países que no había formado parte en 1993 de la Convención Internacional contra el uso de armas químicas.
Expertos internacionales apuntaron en su momento que Al Asad tenía en sus arsenales al menos dos gases tóxicos: gas sarín (neurotóxico) y gas mostaza (quema los tejidos internos y externos del cuerpo). Diversas agencias internacionales que analizaron los cadáveres que dejaron los bombardeos gubernamentales en las zonas opositoras señalaron que algunos cuerpos presentaban síntomas similares a los que dejaban estos gases.
¿Por qué no actuó la comunidad internacional?
Alarmados por la situación de guerra civil y por el empleo de armas químicas para reprimir a la población, la comunidad internacional puso el grito en el cielo y comenzó a analizar la posibilidad de intervenir militarmente en el país. Primero en febrero de 2012 y después en junio de ese año, Rusia y China, aliados tradicionales de Al Asad, vetaron en el Consejo de Seguridad de la ONU una intervención en el país y blindaron así al dictador sirio.
Recién salidos de una intervención militar en Libia que no había salido lo bien que se hubiera deseado y con buena parte de las opiniones públicas de sus países en contra, los países de la OTAN prefirieron mirar hacia otro lado y no iniciar una intervención por su cuenta. Sin embargo, sí facilitaron algo de armamento y material, aunque ciertamente residual, a los integrantes del Ejército Libre Sirio.
Al Asad siempre ha negado el uso de armas químicas, sin embargo, para garantizar la supervivencia del régimen, firmó un acuerdo auspiciado por Estados Unidos y Rusia para la destrucción de todo su armamento químico antes de verano de 2014, algo que se ha venido haciendo bajo supervisión internacional.
¿Cómo entran en escena EI y Al Qaeda?
La población de Siria es mayoritariamente musulmana. Un 74 por ciento de los sirios profesan la rama suní del Islam; un 13 por ciento corresponden a la chií, alauí e ismailí (este grupo copa el mando del país, no obstante, Al Asad es alauí); un 10 por ciento son cristianos y un 3 por ciento son drusos (grupo etnoregilioso de origen islámico).
En pleno escenario de guerra civil, con un país abandonado a su suerte por la comunidad internacional, surge el Frente Al Nusra (la marca de Al Qaeda en la zona) y Estado Islámico entra en el país desde Irak para intentar ganar terreno. Ambos son acogidos en buena parte de Siria con buena predisposición por los musulmanes suníes, que son mayoría entre la población y han estado sometidos durante años al Régimen de Al Asad.
Al mismo tiempo, se configuran otros grupos que también luchan por su cuenta por controlar algunas zonas del país. En el caso en el norte del país de las milicias kurdas (brazos armados de la Unión Democrática Kurda-PYD) o las turcomanas (sirios de ascendencia turca). También está en escena el minoritario Frente Islámico, que algunas fuentes apuntan a que está teledirigido por los Hermanos Musulmanes, grupo suní mayoritariamente expulsado de Siria en los años ochenta por Hafez al-Asad, padre del actual dictador.
¿Cuándo intervino la coalición internacional?
La puesta en marcha de la coalición internacional contra Estado Islámico comienza a gestarse en junio de 2014, después de que un fuerte ofensiva del califato del terror arrebatase al ejército iraquí varias ciudades en el norte, entre ellas, Mosul, la tercera ciudad en población de Irak y la capital en funciones del califato en el país. Esta coalición la componen 60 países encabezados por Estados Unidos y en ella también está integrada España, que tiene 300 militares desplegados en Irak.
La misión internacional consta de tres apartados: bombardeos selectivos contra puntos claves de la infraestructura de Estado Islámico, suministro de armamento al Ejército de Irak y a las milicias kurdas, y adiestramiento militar. La especial situación de Siria hizo que la misión se volcase principalmente en Irak. De hecho, en Siria sólo se han estado realizando ataques aéreos selectivos siete de los 60 países de la coalición: Estados Unidos, Canadá, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos (ha participado la primera mujer piloto de la fuerza aérea del país), Qatar, Arabia Saudí y Jordania.
Jordania paró sus ataques aéreos en febrero de este año después de que Estado Islámico quemase vivo dentro de una jaula a uno de sus pilotos. Él mismo tuvo que eyectarse de su caza F16 por un problema en la aeronave durante una de sus misiones de ataque y fue capturado por los islamistas tras caer a tierra con su paracaídas. El nuevo primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, paró los ataques canadienses y retiró a sus militares el pasado mes de octubre tras ganar las elecciones.
¿Por qué entra Rusia en la guerra siria?
Durante todo el año 2015 el ejercito gubernamental de Al Asad ha estado perdiendo importantes posiciones a lo largo y ancho del país. El dictador solicitó ayuda a Rusia en verano y Vladimir Putin se la empezó a brindar en septiembre, cuando anunció el inicio de las operaciones en la zona contra todo grupos que no fueran fieles al dictador, incluyendo entre sus objetivos a las milicias kurdas y al Ejército Libre Sirio, a los que apoya la comunidad internacional. Durante el verano, estuvo moviendo material militar y aviones de combate de forma discreta.
El objetivo de Rusia es blindar los bastiones que siguen en poder de Al Asad, crear un área de protección alrededor la base naval de Tartus, un legado de la época soviética y único puerto ruso en el Mar Mediterráneo, y apoyar con sus bombardeos los avances de las tropas del Ejército gubernamental, con el objetivo de que vaya recuperando poco a poco el importante terreno que se ha escapado de su control en los últimos cuatro años y medio.
Rusia no es el único país que está apoyando al Gobierno de Damasco. Irán mantiene asesores militares en el país y Hezbolá, una organización terrorista chií libanesa de obediencia iraní, ha entrado en el país para apoyar con su presencia los bastiones controlados por Al Asad.
¿Quién controla cada parte del país?
La crisis humanitaria
Los más de cuatro años de guerra que se llevan viviendo en Siria, unidos a la crueldad especialmente de Estado Islámico y el Gobierno de Al Asad ha provocado una crisis humanitaria difícilmente cuantificable que está afectando de manera importante a los países vecinos de Siria y que ha puesto en jaque a la Unión Europea durante los últimos meses.
Los datos que maneja Naciones Unidas dice que más de 800.000 refugiados sirios han cruzado la frontera y se encuentra en Líbano, lo que supondría que ahora mismo representarían cerca del 25 por ciento de la población. Un número similar se encontrarían también en Jordania, lo que está causando serios problemas en el país. Según datos de la organización supranacional, habrían sido más de medio millón de sirios los que habrían cruzado la frontera para refugiarse en Turquía.
El número de refugiados que han salido hacia la UE es difícilmente cuantificable. Los datos que maneja la ONU dice que en total podrían ser más de dos millones de sirios los que han abandonado su país en los últimos años, sin contar los desplazados internos. Llama la atención que ni Arabia Saudí, ni Catar, ni Dubai ni Emiratos Árabes Unidos se ha ofrecido a recoger refugiados.