Reporteros Sin Fronteras ha presentado este martes su Informe Anual 2014 de la Libertad de Prensa, un documento que recoge todos los casos que han atentado contra la libertad de expresión el pasado año, y que ofrece un barómetro escalofriante: 66 periodistas fueron asesinados; 177, encarcelados, y 119, secuestrados.
2014 fue el año de la decapitación televisada de James Foley por el Estado Islámico; el de la condena a 1000 latigazos al bloguero Raef Badawi, y no lo fue, por poco, el del atentado contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo. Según ha destacado la presidenta de Reporteros Sin Fronteras-España, Malén Aznárez, en Siria se ha cruzado una "línea roja" que consiste en "secuestrar o asesinar a periodistas como un mecanismo de propaganda". Este "modelo" se ha extendido por otras zonas del mundo, como el norte de Irak, Ucrania y Libia.
Algunos datos que arroja el informe son los siguientes:
- Asesinatos: 66 periodistas; 19 internautas y periodistas ciudadanos; 11 colaboradores. Se duplica el número de mujeres periodistas asesinadas (6).
- Encarcelamientos: 177 periodistas; 13 colaboradores; 177 internautas.
- Secuestros: 119.
- El país más peligroso para los periodistas es Siria: 15 asesinados, 13 encarcelados y 27 secuestrados; la segunda zona con más informadores asesinados (9), el territorio palestino de Gaza.
- México, Brasil y Colombia son los países más peligrosos para los periodistas en América. También preocupa Venezuela, quien ha aumentado su presión hacia los medios de comunicación.
Por otro lado, Malén Aznárez también ha lamentado que en España hay "retrocesos en la información", y ha criticado la Ley de Seguridad Ciudadana –más conocida, popularmente, como "Ley Mordaza"-, la reforma de la Ley de la Justicia Universal, la Ley de Transparencia o la "politización de la televisión pública por el Gobierno". Además, señaló que las autoridades dificultan el trabajo de los periodistas en la valla de Melilla, en algunas manifestaciones o en los desahucios.
Un "ejército cibernético" en Irán
El acto ha contado con la participación de los periodistas Ehsan Mehrabi –iraní- y Majid Al-Bunni –sirio-, quienes han contado cómo fueron perseguidos por los gobiernos de sus respectivos países.
El primero, corresponsal parlamentario en Teherán, fue detenido por primera vez en 2010 por colaborar con medios de comunicación extranjeros, algo que para el Gobierno de Irán es sinónimo de "espionaje". Durante su estancia en prisión, pasó 64 días en una celda de aislamiento y fue sometido a torturas físicas y psicológicas. Además, su esposa y su hermano también sufrieron presiones por parte del régimen. En enero de 2011 fue encarcelado de nuevo y, tras ser liberado en octubre de ese mismo año, huyó a Turquía. Actualmente, vive junto a su esposa en Berlín.
Ehsan Mehrabi explicó que en su país existe un "ejército cibernético" que persigue todo lo que atenta contra los dogmas de Teherán. El periodista iraní no se libró de que esta milicia informática accediera a su correo electrónico y a los archivos de la web del medio para el que trabajaba.
Refiriéndose al atentado de Charlie Hebdo, contó que un colectivo de periodistas iraníes emitió un comunicado condenando el ataque, "a pesar de las consecuencias que les puede acarrear". Además, señaló que "el pueblo, sobre todo los jóvenes, quiere un modelo –social- parecido a Occidente, con libertades y capacidad de elegir".
"En Siria, los muros tienen oídos"
Por su parte, Al-Bunni fue detenido por su activismo político y por criticar al régimen sirio en Facebook. Durante las 48 horas que estuvo en prisión, recibió una paliza que le destrozó la pierna izquierda –necesitando dos meses de tratamiento para recuperar la movilidad. En 2012 empezó a trabajar en un programa satírico de la emisora independiente Baladna FM. Tanto el gobierno de Al-Ashad como grupos extremistas y étnicos han atacado en numerosas ocasiones a la citada radio. De hecho, su director fue sometido a "juicio por traición al Estado sirio". Ahora, como Mehrabi, Al-Bunni también reside en Berlín.
El periodista sirio dijo que, en su país, "los muros tienen oídos": "Las autoridades se enteran de todo. Lo positivo de esto: que hay muchas personas que quieren ayudarnos. Por ejemplo, cuando nos hackearon la radio, nos ayudó gratis una empresa canadiense".
Sobre el atentado a Charlie Hebdo, declaró: "Estoy en contra de cualquier limitación a la libertad de expresión, aunque no sé hasta qué punto, para informar, es necesario burlarse del profeta –Mahoma-".