El pasado martes el Grupo Popular en el Congreso votó, de acuerdo con el PSOE y los demás grupos, una proposición no de ley que instaba al gobierno a reconocer el inexistente estado palestino. Muchas han sido las voces que han criticado la iniciativa y a ellas se ha sumado este lunes una especialmente autorizada: la de Esperanza Aguirre.
La presidenta del PP de Madrid ha dedicado a esta cuestión su habitual tribuna de los lunes en el diario ABC y en ella deja muy claro que no comparte el posicionamiento de su partido en esta cuestión.
Aguirre no sólo se declara firme defensora de Israel –algo que considera "en sí mismo un deber moral para los occidentales"-, sino que advierte que el estado palestino "sólo podrá ser reconocido cuando los palestinos reconozcan el estado de Israel, renuncien a su propósito de eliminarlo y acepten sus fronteras".
"De otro modo –explica– estaríamos reconociendo un estado dominado en gran parte por una organización terrorista -en referencia a Hamás- y que preconiza la eliminación de Israel, que es el único estado democrático de la zona".
La popular da dos razones que justificarían el voto afirmativo de todos los grupos: de una parte los de izquierda, buenos conocedores de la situación y de lo que significaba su voto, seguían adelante porque "una de las señas de identidad de los progres españoles es ya el antisemitismo".
Más benevolente –o no- es Aguirre con los diputados del PP de los que dice que "no se dieron cuenta" de que con su voto "estaban manifestando una hostilidad clara" ante Israel.
Esperanza Aguirre también enmienda la plana al ministro de Exteriores, García-Margallo y le recuerda que "pensar que reconocer que el estado palestino puede contribuir a la paz es cerrar los ojos a lo que allí pasa" y que "quienes constantemente amenazan la paz en la región son los terroristas".
Por último, lanza una advertencia: "Los políticos que creemos en los valores de nuestra civilización y de nuestra cultura (…) no podemos unirnos a los que, detrás de buenas intenciones, cultivan ese antisemitismo progre, en forma de equidistancia entre el único estado democrático de esta región y los que utilizan el terrorismo para intentar destruirlo".