El Estado Islámico ha matado en las últimas horas a 18 personas en varias provincias sirias y crucificó a la mayoría tras acusarlas de colaborar con el régimen de Damasco, entre otros, tal y como ha informado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Dos hombres fueron asesinados y crucificados en un parque público ayer en la ciudad oriental de Deir al Zur, por supuestamente pertenecer a un grupo afín al régimen de Bachar al Asad. En esa provincia, el grupo terrorista asesinó también a tres hombres, uno en la localidad de Al Naim y dos en las de Hatla, por los mismos motivos.
Un combatiente rebelde y un dirigente del Frente de Al Nura (la filial de Al Qaeda en Siria) fueron asesinados en la localidad de Al Hisan, en el oeste de Deir al Zur, por "razones morales". Los cuerpos de ambos permanecerán crucificados en público durante tres días, señaló el Observatorio, que en su comunicado incluyó un par de imágenes de estos sucesos.
El grupo yihadista mató además a dos hombres en la ciudad de Tal Abiad, en la provincia de Al Raqa, por colocar artefactos explosivos en esa misma ciudad. La misma muerte fue aplicada a tres hombres -que fueron además crucificados- en la ciudad de Bazaa, en el este de la provincia septentrional de Alepo, por luchar contra el EI y colaborar con el régimen.
Otros dos miembros de grupos afines a Asad corrieron la misma suerte en la población de Madiat al Mayadin, en Deir el Zur, acusados de apostasía y de pertenecer a grupos que luchan contra el EI.
Por esa última acusación, fueron asesinados también cuatro personas en la zona de Al Shadadi, uno de los bastiones del EI en la provincia de Al Hasaka.
Por otro lado, el EI informó al padre de una dentista, que fue secuestrada hace varios días en Deir al Zur por este grupo radical, que la mujer fue asesinada por "formar una célula de espionaje a favor del régimen".