El tribunal ha levantado la primera sesión del juicio contra el expresidente egipcio Mohamed Morsi debido a que se ha negado a vestir el uniforme de acusado tal y como le pedía el juez. Como relata la televisión estatal egipcia, la primera sesión del juicio, que ha arrancado este lunes contra Morsi por la muerte de manifestantes en diciembre de 2012, apenas ha durado una hora.
Es necesario recordar que Mohamed Morsi -derrocado el 3 de julio tras un golpe de Estado- es juzgado junto a otros catorce imputados de los Hermanos Musulmanes, todos ellos acusados de incitación al asesinato y provocación de derramamiento de sangre, tal y como informa el diario Al Aharam. El juicio está produciendo una fuerte tensión en El Cairo, existiendo desde primeras horas de la mañana altercados entre la Policía y partidarios del expresidente. Y es que un total de 20.000 efectivos de la Policía y las Fuerzas Armadas han sido desplegados ante el temor de que las fuertes protestas convocadas por los partidarios de Morsi deriven finalmente en disturbios.
Se ha impedido entrar a parte de su equipo legal
Los Hermanos Musulmanes han denunciado que las autoridades egipcias han impedido entrar al tribunal a la mayoría de los miembros del equipo legal del Morsi. Un portavoz de la cofradía, Islam Taufiq, informó a Efe de que solo siete de los treinta integrantes del equipo legal pudieron ingresar en la sede judicial.
Morsi no reconoce la autoridad del tribunal encargado de juzgarlo -la Corte Penal de El Cairo, presidida por el juez Ahmed Sabri-, por lo que su equipo legal asiste a esta primera sesión solo como observador, pero no para defenderle.
La llegada del exmandatario al tribunal- situado en la Academia de la Policía en El Cairo- ha tenido lugar antes de lo esperado por motivos de seguridad, en medio de las manifestaciones convocadas por la Alianza Nacional en Apoyo a la Legitimidad, coalición liderada por la organización islamista egipcia Hermanos Musulmanes, para protestar contra el proceso.
El Ejército defiende el golpe de Estado realizado
El golpe de Estado se produjo tras la reiterada negativa de Morsi a presentar su dimisión en el marco de manifestaciones multitudinarias contra su mandato, alegando que se trataba de un mandatario electo y de la existencia de manifestaciones también en su favor, si bien estas fueron de menor calado.
Por su parte, el Ejército asegura que su actuación respondió a la voluntad de la población, que había tomado las calles para protestar contra el mandato de Morsi. Los Hermanos Musulmanes se han negado en múltiples ocasiones a reconocer la legitimidad de las autoridades surgidas tras el derrocamiento del expresidente, miembro de la organización islamista, y ha sostenido que el nuevo gobierno es de tinte golpista.
Asimismo, ha denunciado la existencia de una campaña de persecución contra la formación con el arresto de decenas de sus miembros, entre ellos los integrantes de su cúpula, y la represión de las manifestaciones celebradas tras el derrocamiento de Morsi, que se han saldado con más de un millar de muertos a causa de la actuación de las fuerzas de seguridad.