Siria ha terminado el proceso de destrucción de sus plantas de producción y equipamiento de su arsenal químico, pero todavía deberá concretar un plan más exhaustivo. Según informó este jueves la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), Al Asad tendrá que llevar a cabo un plan para la completa eliminación de todas las armas químicas del país.
"Siria ha cumplido la fecha límite" fijada por el Consejo Ejecutivo de la OPAQ para completar "la destrucción de la producción de armas químicas y el mezclado o llenado de equipos" a más tardar el 1 de noviembre, señaló la organización con sede en La Haya en un comunicado.
La OPAQ aclaró, no obstante, que el Consejo Ejecutivo todavía tendrá que aprobar el próximo 15 de noviembre un plan detallado de destrucción del arsenal químico, que aún debe presentar Siria. El proceso de destrucción acordado con Siria establecía dos fases: una en la que debían eliminarse las instalaciones de producción de armamento químico antes de principios de noviembre, que es la que ha concluido este jueves, y otra que permitiría acabar con todas las armas existentes durante el primer semestre de 2014, que es la que falta por concretarse.
La misión conjunta de la OPAQ y Naciones Unidas ha inspeccionado 21 de los 23 sitios declarados por Siria, y 39 de las 41 instalaciones ubicadas en esos sitios. Los lugares restantes no fueron visitados por cuestiones de seguridad, pero Siria aseguró que habían sido abandonados y que las armas químicas que contenían fueron trasladadas a otros puntos que sí fueron inspeccionados, precisa la organización.
"La misión conjunta está ahora satisfecha de haber verificado y visto destruir toda la producción crítica declarada por Siria y su equipamiento para la mezcla y llenado", recalcó la OPAQ. También la organización matizó que de momento no está previsto llevar a cabo ninguna otra inspección.
Primera fase del desarme completada
El director general de la Organización para la destrucción de Armas Químicas, Ahmet Uzumcu, destacó en la nota la labor de los ocho inspectores que se desplazaron a Siria, en la que consideró la misión "más difícil que jamás ha emprendido la organización".
La misión conjunta de la OPAQ y la ONU se desplazó a Siria el pasado 1 de octubre con el objetivo de proceder al desarme químico, tras el acuerdo alcanzado en septiembre entre Moscú y Washington para evitar una intervención militar estadounidense en Siria.
Ese acuerdo siguió al ataque con armas químicas del pasado 21 de agosto contra barrios de la periferia de la capital siria que causó más de mil muertos, según denunció la oposición y cuya autoría negó el régimen. Se calcula que Siria tiene unas 1.000 toneladas de armas químicas, por lo que su control, transporte y destrucción total implica un proceso largo, según Naciones Unidas.
Más de 100.000 muertos
La OPAQ se encarga de la parte más técnica del trabajo y la ONU de las labores de coordinación con el régimen de Damasco y la oposición armada. Desde el comienzo del conflicto en Siria, en marzo de 2011, más de 100.000 personas han perdido la vida, según cifras tanto del Observatorio Sirio de Derechos Humanos como de Naciones Unidas, y más de dos millones están refugiados en otros países.