Los inspectores de Naciones Unidas han encontrado pruebas "claras y convincentes" del uso de gas sarín en el ataque cometido el pasado 21 de agosto a las afueras de Damasco en el que murieron unas 1.400 personas.
Así lo han confirmado los expertos independientes en la primera página del informe elaborado a partir de las evidencias que recogió el equipo liderado por el profesor Ake Sellstrom durante su visita a Siria a finales de agosto.
Los inspectores aseguran que las muestras químicas, médicas y medioambientales recogidas sobre el terreno ofrecen pruebas "claras y convincentes" de que ese día se usaron cohetes tierra-tierra con el agente nervioso sarín.
"La conclusión es que en el conflicto que enfrenta a las partes en Siria se usaron armas químicas contra civiles, incluidos menores de edad, a una escala relativamente grande", sentencian los inspectores de Naciones Unidas.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que recibió ayer domingo el informe de manos del profesor Sellstrom, tiene previsto reunirse con los miembros del Consejo de Seguridad y comparecerá después ante la prensa, a partir de las 12:50 horas.
El informe se ha hecho público dos días después de que Estados Unidos y Rusia acordaran dar al régimen de Damasco un plazo de siete días para que informe sobre el arsenal químico en su poder y que Siria quede libre de armas nucleares a mediados de 2014.
Francia, Estados Unidos y el Reino Unido pidieron hoy al Consejo de Seguridad de la ONU que apruebe una "resolución fuerte" sobre el conflicto en Siria "que prevea consecuencias serias" si no se cumplen los acuerdos de Ginebra.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, criticó la petición occidental de una "resolución fuerte" contra Siria al considerar que "tergiversa" lo acordado con su homólogo estadounidense, John Kerry, en Ginebra.
Mientras, el ministro sirio de Información, Omran al-Zoubi, dijo que su país "cumplirá" con una resolución del Consejo de Seguridad, que acepta la propuesta rusa para desmantelar sus arsenales y que se une a la Convención sobre Armas Químicas.