El Gobierno se conformó con su papel de actor secundario en la crisis siria y no dio un paso adelante sobre su posible implicación en una acción militar. La vicepresidenta lo dejó claro y lo repitió varias veces para que no cupieran dudas: "Estamos a la espera de conocer el informe de la ONU" y España no hará nada hasta analizar dicho documento.
Así, Mariano Rajoy se mantiene en los términos del comunicado hecho público hace unos días en el que mostró su "gran preocupación" por lo que ocurre en el país bajo el control de Bashar Asad, pero quiere ser cuidadoso en no entrar de lleno en el conflicto. Esto es, evita seguir la senda de los principales líderes de la Unión Europea, en cuyos contactos comunes al más alto nivel no ha participado el mandatario español
A la vicepresidenta le preguntaron por los cables mantenidos por el presidente y su equipo para abordar la crisis. Han sido "con todos los socios aliados", respondió Soraya Sáenz de Santamaría al término del Consejo de Ministros. No dio detalles del nivel de los mismos o de los posibles compromisos adquiridos. También participando en "distintas reuniones", por ejemplo en el ámbito de la OTAN, quiso reseñar la portavoz.
Si Rajoy ha despachado de forma individual con sus homólogos inglés, francés, alemán o italiano no se sabe a raíz de las explicaciones de Sáenz de Santamaría. La vicepresidenta no quiso desvelar esos contactos, a pesar de ser repreguntada. Su intención fue la de aclarar a la opinión pública que no se tomarán decisiones sin antes conocer el informe de la ONU, que espera sea público "en breve".
En la conciencia del Ejecutivo, en especial de Rajoy, lo ocurrido con la guerra de Irak y la participación activa de la España gobernada por José María Aznar. Él formaba parte de ese gabinete y sufrió el rechazo ciudadano mayoritario a esa contienda. Sáenz de Santamaría desvinculó este hecho con la postura hoy tomada, si bien en privado un miembro del Gobierno reconoció que "toda precaución es poca" aunque también que "tenemos que estar con nuestros aliados". El presidente lo tiene claro: primero, escuchará a la ONU.