Al menos 4 personas han fallecido y 8 resultaron heridas en un atentado cerca de la Catedral Mariamita de Damasco.
El atentado se produjo en el barrio de Bab Toma uno de los pocos barrios de mayoría cristiana de la capital siria. La catedral, una de las más antiguas del mundo, es la sede de la Iglesia Griega Ortodoxa de Antioquía y un símbolo para los cristianos orientales.
El atentado también produjo graves daños materiales, entre ellos la destrucción de la oficina de una organización caritativa. Según informa Sana, la agencia oficial de noticias siria, el atentado habría sido llevado a cabo por un suicida.
El atentado se encuadra dentro del contexto de guerra civil en él que se encuentra Siria desde hace más de dos años. En los últimos días se han producido numerosos atentados islamistas en Damasco aprovechándose de la situación de caos.
Según la ONU el conflicto ha provocado ya cerca de 100.000 muertos de los cuáles una inmensa mayoría son civiles. Este atentado también muestra la especialmente complicada de la cada vez más pequeña comunidad cristiana.
La minoría cristiana en peligro
La comunidad cristiana siria, una de las más antiguas del mundo se enfrenta a una de las peores situaciones en sus más de 2.000 años de Historia. Los cristianos sirios han sufrido la marginación desde la invasión musulmana en el siglo VIII.
Según los últimos datos, anteriores al inicio del conflicto, constituían cerca del 10% de la población, comparado con el 20% en el año 1900.
Actualmente se calcula que cerca de un cuarto de los cristianos sirios viven en el extranjero y se teme que la comunidad pueda incluso desaparecer. El Papa Francisco, mostró en numerosas ocasiones su preocupación por su situación y solicitó a las autoridades sirias una mayor protección para los cristianos.
El ejemplo sirio es paradigmático ya que muestra el empeoramiento general que han sufrido los cristianos orientales tras la Primavera Árabe.