Mariano Rajoy no quiso precipitarse hasta conocer el borrador de la resolución final en el marco de las negociaciones que se mantienen en Naciones Unidas, pero el Gobierno dio por seguro que, si nada cambia, España apoyará formalmente la petición palestina de convertirse en un Estado observador de dicho organismo. De hecho, aunque sin llegar a mojarse del todo, el presidente abogó ante el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, por un escenario "con dos Estados que convivan en paz, seguridad y prosperidad".
El asunto es peliagudo para el Ejecutivo, que en ningún caso quiere sufrir algún tipo de enemistad con Israel: "Es una nación amiga, y ella lo sabe al más alto nivel", aseguraron fuentes gubernamentales. De hecho, este mes de noviembre Rajoy habló con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, al menos en dos ocasiones, y ya se prepara su visita al país, si bien todavía no hay fechas concretas.
Las negociaciones del Gobierno con Israel son "para que entienda" que "la postura tradicional de España es que Palestina tenía que acabar convirtiéndose en un Estado", insisten fuentes del gabinete. Todo ello, "sin perjuicio alguno para Israel", destacan.
Con el declaradamente propalestino Erdogan, Rajoy recordó que el Parlamento Europeo aprobó el pasado jueves una resolución en la que apoyaba las aspiraciones palestinas e instaba a los Veintisiete a reconocer a este pueblo como Estado observador en Naciones Unidas, informa EFE. Y, sobre ella, afirmó que "queremos una solución negociada, justa, global y duradera", siendo la "estabilidad" el valor más importante a tener en cuenta.
El mayor problema, en voz de un portavoz autorizado, es que esta petición llega "en el peor momento posible", con un recrudecimiento de la violencia, solo detenida gracias a una tregua de la que aún existen muchas dudas. Pero, dadas así las cosas, la Moncloa habla de "un buen texto", en relación al borrador, y cree que puede ayudar a dar "más confianza".