El Gobierno turco ha pedido la autorización del Parlamento para lanzar operaciones militares fuera de sus fronteras, por considerar que la última "acción agresiva" del Ejército sirio contra territorio turco supone una amenaza a su seguridad, según consta en un memorial enviado a la Cámara.
No obstante, Ibrahim Kalin, un alto asesor del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha asegurado este jueves en su cuenta de Twitter que el Ejecutivo de Ankara no pretende entrar en guerra con Siria y sí proteger sus fronteras, y ha anunciado que el Gobierno continuará con sus iniciativas políticas y diplomáticas.
Al menos cinco personas -una mujer y sus cuatro hijos- murieron el miércoles a causa del impacto de un obús del Ejército sirio contra una zona residencial de la localidad turca de Akçakale –sureste-. Las Fuerzas Armadas de Turquía han respondido con varios ataques contra territorio sirio, concretamente contra una base militar de la ciudad fronteriza de Tel Abyad de la que había procedido el obús. Tanto fuentes de seguridad turcas como el Observatorio Sirio de Derechos Humanos han informado de la muerte de varios soldados leales al presidente sirio, Bashar al Assad.
Según Europa Press, Turquía ha solicitado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que lleve a cabo las "acciones necesarias" para responder a este "acto de agresión de Siria contra Turquía", el cual, según el embajador turco en la ONU, Ertugrul Apakan, "constituye una flagrante violación del Derecho Internacional, así como una amenaza a la paz y a la seguridad internacionales". Por su parte, el viceprimer ministro turco, Bulent Arinc, ha asegurado que el régimen sirio "pagará" por el bombardeo y ha recordado que su país es miembro de la OTAN.