El aeropuerto de Kabul, donde desde hace días se amontaban miles de personas para tratar de salir de Afganistán tras la llegada de los talibanes al poder, ha sufrido un atentado terrorista durante el mediodía de este jueves. Las primeras informaciones facilitadas por CNN o Al Arabiya apuntan a que un terrorista suicida se podría haber hecho estallar junto a una de las entradas de acceso al recinto, exactamente, Abbey Gate, la más importante del recinto.
Estados Unidos ha explicado posteriormente que "tras la explosión en Abbey Gate varios individuos armados de Estado Islámico abrieron fuego contra los civiles y las fuerzas militares", ha relatado el general McKenzie. "Se ha concluido que eran combatientes del Estado Islámico", ha indicado el oficial estadounidense, que ha identificado igualmente como milicianos de este grupo a los individuos que abrieron fuego tras las explosiones.
Pocos minutos después se ha producido un segundo atentado en el hotel Baron de Kabul, ubicado en las cercanías del aeropuerto, a unos 300 metros. Ese edificio estaba siendo utilizado por Estados Unidos y el Reino Unido para alojar a ciudadanos de sus países como paso previo a su evacuación a través del aeropuerto. Desde hace dos días, por ejemplo, había un grupo de 169 norteamericanos que habían sido sacados de otros puntos de la ciudad en un helicóptero de transporte Chinook.
Inicialmente se han contabilizado más de 60 muertos, aunque la cifra ha ascendido hasta las 170 víctimas mortales entre los cuales habría niños, según fuentes sanitarias afganas. Los medios locales han difundido imágenes de los instantes posteriores al ataque, en las que se pueden apreciar con civiles manchadas de sangre transportando a personas que habrían resultado heridas así como vídeos de los cuerpos sin vida amontonados tras el ataque.
Estados Unidos ha confirmado al menos doce militares muertos y 15 más heridos. "Hoy es un día duro", ha explicado el general Kenneth 'Frank' McKenzie, comandante del Comando Central de Estados Unidos, en una rueda de prensa desde el Pentágono.
El Ministerio de Defensa español ya ha confirmado que entre las víctimas del atentado en el recinto aeroportuario no está ninguno de los españoles que participaban en las labores de evacuación en Afganistán (militares, policías nacionales y diplomáticos).
Una amenaza de atentado sabida
El embajador en funciones de Estados Unidos en Afganistán, Ross Wilson, había dicho este jueves en una entrevista con la cadena de televisión ABC News, antes de que se produjera el doble atentado, que dichas amenazas eran "creíbles" e "inminentes".
Un día antes, ayer miércoles, la Embajada estadounidense en el país asiático había emitido un aviso advirtiendo a los sus ciudadanos que no se acercaran al aeropuerto de Kabul por "amenazas de seguridad" fuera de los accesos a esas instalaciones.
Todo apunta a Estado Islámico
Con los talibán al mando del país, la principal amenaza terrorista deriva ahora de Estado Islámico, que se hace llamar en Afganistán ‘Estado Islámico Provincia de Jorasán’. El nombre alude a una región histórica que a día de hoy se reparte entre Afganistán y Pakistán y su objetivo es compartido con otras organizaciones afines: imponer una estricto régimen bajo la 'sharia' o ley islámica a todo el país.
El grupo, surgido en enero de 2015, se nutre de una amalgama de talibán afganos y paquistaníes. Sus doctrinas son incluso más duras que la de los talibanes, a los que consideran herejes y a quienes recriminaron el acuerdo de paz sellado en febrero de 2020 con el entonces Gobierno de Estados Unidos, encabezado por el Donald Trump, punto de partida del repliegue extranjero.
En los últimos años, Estado Islámico Provincia de Jorasán ha sufrido varias derrotas militares y la detención de algunos de sus principales líderes, pero ha terminado creciendo al albor del caos en que se ha visto sumido Afganistán y ha seguido perpetrando atentados, también en Kabul. Entre sus objetivos figuran autoridades locales y fuerzas extranjeras.