Ahmad Massoud es, junto con el ex vicepresidente del gobierno afgano Amrullah Saleh, el principal líder de la recién formada resistencia armada a los talibán dentro de Afganistán, que está tratando de hacerse fuerce en la provincia de Panjshir, un enclave a unos 100 kilómetros de Kabul que cuenta con una larga tradición de resistencia, pues ya se enfrentó con éxito tanto a los talibán como a las tropas de la Unión Soviética.
Massoud es, de hecho, memoria viva de esa resistencia, ya que es hijo de Ahmad Sha Massoud, el que fuera líder guerrillero conocido como el "León de Panjshir" que logró buena parte de esos éxitos tanto contra los soviéticos como para la primera versión de los talibán.
Sin duda alguna, ese reconocimiento a la figura de su padre es una de las razones de la capacidad de liderazgo de Massoud y lo ha hecho el hombre adecuado para ser, en cierta forma, portavoz de su movimiento y publicar esta semana un espléndido artículo artículo en The Washington Post en el que asegura que la lucha por la libertad en Afganistán es la misma que en Occidente y promete una "firme resistencia", pero advierte que aunque disponen de armas y soldados son conscientes de que "nuestras fuerzas militares y logísticas no serán suficientes" y "se agotarán rápidamente a menos que nuestros amigos en Occidente puedan encontrar una fórmula para suministrarnos más sin demora".
El líder guerrillero pide en consecuencia que "se interceda por nosotros" en Washington, Londres y París y dice a los occidentales que "millones de afganos comparten vuestros valores" y que han luchado "mucho tiempo para tener una sociedad abierta en la que las niñas puedan ser doctoras, haya una prensa libre y la gente joven pueda bailar y escuchar música y ver partidos de fútbol en los estadios en lugar de ejecuciones masivas de los talibán".
Massoud recuerda a Occidente que "los talibán no son solo un problema para el pueblo de Afganistán" sino que, bien al contrario deben ser una preocupación global por que bajo su control el país se va a convertir "sin ninguna duda", en la "zona cero del terrorismo islámico" y las conspiraciones contra las democracias" volverán a "eclosionar aquí de nuevo".
"Pase lo que pase", escribe Massoud, "mis muyahidines y yo mismo defenderemos Panjshir como el último bastión de la libertad afgana", dice. "Nuestra moral está intacta -asegura- y sabemos por experiencia lo que nos espera, pero necesitamos más armas, más munición y más suministros".
"América y sus aliados democráticos -dice ya en el último párrafo- no sólo tienen en común con los afganos la lucha contra el terrorismo. Ahora tenemos una larga historia hecha de comunes esfuerzos e ideales. Hay todavía mucho que pueden hacer -en referencia a EEUU y Occidente- para favorecer la causa de la libertad", asegura, para terminar con una frase especialmente dolorosa a la luz de lo ocurrido en las últimas semanas: "Sois nuestra única esperanza".